Actualizado 25/04/2013 14:00

Fermín Bocos.- Economistas y profetas.

MADRID 25 Abr. (OTR/PRESS) -

Faltan economistas y sobran profetas. Vivimos más de pronósticos que de realidades. De los "brotes verdes" que sin otro fundamento que ganar tiempo auguraba la hoy olvidada Elena Salgado, hemos pasado a las profecías del presidente del Gobierno que asegura que a principios del 2014 empezaremos a salir del agujero de la recesión.

"El año que viene habrá crecimiento y se creará empleo", ha dicho Mariano Rajoy en vísperas de la EPA y dos días después de que su ministro de Economía, Luis de Guindos, se sincerara con el "The World Street Journal" reconociendo que había un error en la previsión de déficit incluida en los Presupuestos y que en lugar del 0,5 por ciento, puede llegar al 1,5 por ciento, el triple de lo anunciado por el Gobierno.

En paralelo, el FMI pronosticaba una caída de nuestra economía en 1,6 por ciento mientras que la Comisión Europea cifraba el retroceso en el 1,4. Un informe reciente del Banco de España también concluía que la recesión va para largo. ¿Quién está más cerca de la verdad de los hechos? ¿El político que gana tiempo intentando animar al personal al que sabe instalado en el pesimismo o los técnicos que son quienes hacen las sumas y las restas?

Visto que es la economía quien manda sobre la política uno se inclina a pensar que a los pronósticos de los políticos solo hay que otorgarles un valor propagandístico. El presidente del Gobierno dice que el año que viene empezaremos a salir del túnel porque es lo que le gustaría que sucediese, no porque tenga la certeza -apoyada en datos- de que eso vaya a suceder.

Es poco menos que una válvula de escape, una forma de aliviar la angustia que sin duda siente al comprobar que después de la reforma laboral se sigue destruyendo empleo y que tras el rescate de las cajas y bancos sigue sin fluir el crédito sin el cual las pequeñas y medianas empresas están abocadas a la jibarización o al cierre.

Creo que a los pronósticos de los políticos hay que concederles un valor limitado. Echar la vista atrás se convierte en un acto de crueldad. Pienso en todas aquellas fantasías de Zapatero en relación con la situación de la economía española -desde su visión colegial de la "champion's league" al proclamado "sorpaso" con el que estábamos a punto de superar a Francia tras haber dejado atrás a Italia-. Visto el fracaso de sus predecesores en materia de profecías me sorprende ver que Mariano Rajoy calza sandalias y lleva camino de tropezar en la misma piedra.

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