Actualizado 21/10/2011 14:00

Fermín Bocos.- La factura la pagará Rubalcaba.

MADRID 21 Oct. (OTR/PRESS) -

El Partido Socialista se ha convertido en una jaula de grillos. No se sabe si ha perdido el Norte o es que las discrepancias de los dirigentes del partido son expresión de la dualidad de liderazgo que provoca la cohabitación entre el secretario general y el candidato. El caso es que hay demasiadas cuerdas sueltas en el violín y de ahí la cacofonía que ha evidenciado el asunto de la llamada "Conferencia de Ayete".

Eguiguren, el presiente de los socialistas vascos, quería que Patxi López, el "lehendakari", se "quemara" apoyando con su presencia la conferencia de distracción organizada por el mundo batasuno; López le ha respondido que el partido lo ha hecho hasta el punto de achicharrarse y en eso, llegó Felipe González y desautorizó a Eguiguren planteando las cosas de tal manera -"Lo que ha dicho Eguiguren no se lo merece ni él mismo"- que tiene a los semiólogos sin pegar ojo tratando de discernir sí lo que ha dicho es a favor o en contra.

Menos mal que, para aclarar las cosas, el candidato Rubalcaba dice que "quiere mucho a Eguiguren", aunque cree que en esta ocasión se equivoca. No dice que cree que erró al acudir a la conferencia con la que el entorno batasuno trató de engañar al personal diciendo que los lobos se han convertido en corderos y lo pasado, pasado porque aquí, pese a los ochocientos y pico asesinatos perpetrados por la banda terrorista ETA, hay que "construir un relato" sin vencedores ni vencidos en el que se equipare a las víctimas con sus verdugos. Un "relato" sin sanción moral, sin repudio social, para aquellos a quienes no les importó recurrir al crimen para alcanzar sus objetivos políticos.

Está claro que los dirigentes socialistas, con Zapatero a la cabeza, esperaban otra cosa. Es probable que ZP soñara con un comunicado de la organización terrorista en el que los pistoleros anunciaran la disolución de la banda. A la vista está que han errado en el cálculo estratégico de los riesgos que entrañaba legitimar con sus presencia la farsa ideada por los batasunos y ahora pagan las consecuencias. En política, los errores se pagan. Zapatero se libra de la sanción de los electores, pero el 20 N, la factura se la pasarán a Rubalcaba quien, a estas alturas del guión, probablemente, ya está más que harto de la película.

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