Actualizado 10/03/2009 01:00

Fermín Bocos.- Nostalgia de Pujol.

MADRID 10 Mar. (OTR/PRESS) -

"Mire usted: yo lo que pido es el Estatuto, no la independencia de Cataluña". Así de claro respondía Jordi Pujol a Luis del Olmo en Punto Radio en una entrevista en la que el veterano político catalán acreditó por qué los libros de Historia incluirán su figura entre los estadistas, reducida lista que cobija a quienes supieron vencer la tentación populista colocando los intereses generales -en su caso de Cataluña, pero también del resto de España- por encima de la tentación partidista.

Pujol está retirado oficial y formalmente de la política, pero sigue siendo una mente fecunda cuya capacidad de análisis cristaliza en forma de contrapunto al adanismo con el que a veces nos sorprende otros. Dice Pujol que José Montilla, el actual presidente de la "Generalitat", es un político serio, pero no dice lo mismo de Zapatero, un hombre al que tiene por tornadizo y, por lo mismo, de poco fiar.

Tiene sus razones. Pensemos en la celada que le tendió a Artur Mas, el sucesor de Pujol al frente de CiU. Mas pactó rebajar las pretensiones del "Estatut" a cambio de que ZP aceptara que en Cataluña gobernara la lista más votada. Mas cumplió, pero, a la postre, fueron Montilla y el "tripartito" quienes se llevaron el gato al agua. De aquél engaño viene una desconfianza que en estos días adquiere nuevo relieve político porque Zapatero llama a las puertas de CiU para conseguir el apoyo parlamentario que perderá con el PNV sí Patxi López sale elegido "lehendakari".¡Qué vueltas da la política¡ y qué añoranza política genera la jubilación voluntaria de Jordi Pujol. Con él en la "Generalitat", Cataluña era diferente pero quería seguir jugando en la misma Liga que el resto de los equipos españoles.

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