MADRID 17 Oct. (OTR/PRESS) -
Dos horas antes de que el jurado del Premio Planeta diera a conocer el resultado de sus 'deliberaciones', un periódico de Barcelona llevaba ya en portada la foto de Juanjo Millás y la noticia de que había sido el ganador del premio. "Ya se sabe cómo es Lara" -comentaba en la radio un periodista veterano recordando que el Planeta siempre ha funcionado así, cosa que no parecía sorprender a ninguno de sus interlocutores-. Y, eso es lo malo. Que nos hemos acostumbrado al teatro (quizá sería más exacto hablar de apaño pero, en fin, vamos a dejarlo en teatro).
A partir de semejante engaño habría que preguntarse qué necesidad tiene de proceder como lo hace quien como Planeta resulta que dispone de un canal de televisión, una cadena de radio y varios periódicos. Es la costumbre, se dirá. ¿Costumbre de qué? ¿De tomarle el pelo a la gente? No es fácil entender semejante lógica.
Si me pongo en la piel de alguno de los trescientos y pico autores que han presentado originales al concurso confiando en que sus textos serían leídos y ponderados por los miembros del jurado, supongo que estaría cabreado. No es el caso -ni se me ha pasado por la cabeza presentar una novela a un premio que se otorga de semejante guisa- pero ya digo, que es malo que los críticos literarios, los periodistas y, en general, la opinión pública se haya acostumbrado a éste tipo de enjuagues.
Fermín Bocos