Actualizado 26/04/2011 14:00

Fermín Bocos.- Primera vuelta de las generales.

MADRID, 26 Abr. (OTR/PRESS) -

¿Cómo dice que se llama el candidato a la alcaldía de mi pueblo? Falta menos de un mes para celebrar elecciones autonómicas y municipales pero a juzgar por los discursos de campaña de los líderes políticos, nadie diría que sobre eso habrá que votar el próximo 22 de mayo. En realidad, todo gira y hasta derrapa en claves de política nacional. El anuncio de la retirada de Zapatero no ha calmado las aguas. Entre otras razones porque la crisis económica que no remite - razón de fondo que le empujó a tomar la decisión y adelantar la noticia-, permanece. Es por eso por lo que Rajoy habla de la deuda y las asimetrías españolas respecto de la situación de Alemania.

A mi modo de ver, otro de lo registros para entender por qué el asunto de la excarcelación y posterior desaparición del etarra Troitiño copa la trifulca mitinera electoral y el debate mediático, también hay que analizarlo en clave de estrategia electoral y tiene que ver con el hecho de que Pérez Rubalcaba pueda ser el sustituto de Zapatero como candidato de los socialistas en las próximas elecciones generales. Sí puede ser el rival que llegue lo más debilitado posible al combate. Y elementos para ese juego no faltan porque sí antes de saber que ZP no seguiría a Rubalcaba le perseguía la sombra del "caso Faisán", después, ahora, le persiguen las sospechas que rodean la fuga de Troitiño. Sospechas que alimenta con sus declaraciones el otrora ministro del Interior,Jaime Mayor Oreja. Aunque fue un tribunal de la Audiencia Nacional (Guevara) quienes decidieron excarcelar a Troitiño, la posterior rectificación de la propia justicia ordenando la detención del etarra, pilló a Interior con el pie cambiado... O distraído y ése error -interpretado , como digo, por sectores del PP, como no casual-, es el que ha encendido el principal debate de esta campaña electoral en la que, sin embargo lo que de verdad está en juego es saber qué va a pasar con la sanidad y sí se implantará o no el copago (transferida como está a los gobiernos regionales, son ellos quienes han de decidir cómo afrontar la falta de recursos ); quien va a gestionar mejor los ayuntamientos (están empeñados hasta las cejas y no pagan a sus proveedores); qué pasará con la ley de Dependencia, etc, etc.

En buena lógica, los debates deberían estar girando alrededor de estas cuestiones. En realidad, no es así. Y no es así porque el modelo bipartidista diseñado durante la Transición impulsa toda la vida nacional hacia un único debate: aquél que se refiere al control del poder. Y en eso están. Planteando la campaña como si se tratara de la primera vuelta de la elecciones generales. En el PSOE mirando con lupa las encuestas que les dicen que con Rubalcaba pueden perder por menos y en el PP tratando de laminar a quien creen que puede aguar la victoria de Rajoy que cantan los sondeos. Por eso decía que el próximo 22 de mayo, más de uno y más de dos irán a votar sin saber cómo se llama el candidato a la alcaldía de su pueblo.