MADRID 20 Nov. (OTR/PRESS) -
Estamos en temporada alta de promesas electorales. Todo, diseñado por los dirigentes políticos para halagar al pueblo al que tanto quiero y al que todo se lo debo... y del que se olvidarán así que salgan elegidos diputados o senadores y les falte tiempo para volver a su bola partidista.
Mariano Rajoy que fue ministro durante ocho años con Aznar y no rebajó impuestos, ahora que quiere volver al poder se acuerda de pensionistas y 'mileuristas' y promete exonerar de impuestos nada menos que a siete millones de ciudadanos. Rodríguez Zapatero y Pepe Blanco ya le habían precedido en esa escalada demagógica anunciando que regalarán doscientos y pico euros, así por la cara, a los jóvenes y 'jóvenas' de menos de treinta años y parecida condición 'mileurista'. Regalar doscientos y pico euros al mes, no de su bolsillo, sino del erario, de los dineros que pagamos los que si pagamos impuestos.
Rebajar los impuestos está bien; pero ¡ojo¡ siempre y cuando no se olvide que para que funcione el Estado son imprescindibles y que cuando unos dejan de pagar los que pagan, pagan más y eso empieza a ser injusto. Como injusto y ofensivo para la inteligencia de los votantes es que este tipo de ofertas y rebajas las planteen los políticos cuando faltan cien días para las elecciones y los sondeos de los institutos demoscópicos reflejan expectativas de voto muy igualadas entre el PSOE y el PP.
Fermín Bocos