Actualizado 14/10/2009 14:00

Fermín Bocos.- ZP en la Casa Blanca

MADRID 14 Oct. (OTR/PRESS) -

Sabíamos que la política se complace en la ironía y que genera extraños compañeros de cama, pero tanta, tanta ironía, no. ¡Quién le iba a decir a Rodríguez Zapatero que un día acabaría siendo recibido en la mismísima Casa Blanca. ¡El mismo Zapatero que hace seis años, en un desfile del 12 de Octubre permanecía sentado en posición irrespetuosa, al paso de la bandera de los Estados Unidos; la misma bandera que ondea desde hace más de un siglo en la Casa Blanca y que, al igual que seis años atrás, sigue siendo no la enseña de los inquilinos de la mansión presidencial sino la bandera del pueblo norteamericano!.

Pues bien, por seguir destacando lo irónico de la situación, aquel político de entonces, un recién llegado a la primera fila de autoridades que tanto dio que hablar por su gesto de descortesía provinciana es quien llevaba meses removiendo Roma con Santiago para ser recibido por el presidente Obama.

Norman Birbaum solía decir que los Estados Unidos son un país en el que la historia sólo la conocen los historiadores; quizá eso salve ante la opinión pública americana a Zapatero en este viaje que aquí, la propaganda oficial -siguiendo la doctrina Pajín-, está presentando poco menos que como si de un encuentro planetario se tratara.

Más allá de los telediarios, ¿qué quedará de la visita? Pues, poco o nada. Si acaso, la ironía de un día en el que ¡quién se lo iba a decir¡ Rodríguez Zapatero fue recibido en una casa del número 1600 de la Avenida Pennsilvania de Washington en cuyo balcón ondeaba la bandera de las barras y las estrellas. Vivir para ver.

Contenido patrocinado

Foto del autor

Victoria Lafora

¡Qué vergüenza!

Foto del autor

Carmen Tomás

Ellos se forraban y tú pagabas

Foto del autor

Fernando Jáuregui

Lo único que Sánchez no puede hacer es no hacer nada

Foto del autor

Antonio Casado

Memoria de Rubalcaba