MADRID 7 Feb. (OTR/PRESS) -
Ahora, los socialistas han dicho que no piensan acudir a los programas de debate en Telemadrid. Como antes los populares dijeron que no irían a ese programa de Televisión Española, aunque producido por otros, llamado 59 segundos. O como Aznar se negó siempre a ser entrevistado por la SER. Están en su derecho, desde luego. Yo no quiero entrar aquí a dictaminar sobre las líneas editoriales o redaccionales de los medios de comunicación españoles -habría mucho que decir sobre muchos-, ni me toca defender o atacar a un medio público (o privado) en concreto: doctores tiene esta Iglesia nuestra. Personalmente, voy allá donde me dejan expresarme con libertad y debatir civilizadamente con quienes no piensan como yo.
Lo que sí digo es que me parece un error, primero, llamar, desde trabajadores de la propia Telemadrid, a la no participación de los políticos -y de los periodistas- afines al PSOE en la programación de la cadena. Eso empobrecerá el medio de comunicación en cuanto tal, cosa que no debería interesar a los trabajadores ni nos interesa, en particular, a los periodistas. Y, segundo, considero equivocada la decisión del 'estado mayor' del PSOE alejándose de las pantallas de la televisión pública madrileña, por mucho que les disgusten algunas cosas y por muchas razones que puedan hallar, que seguramente las hallarán, para este disgusto.
Estamos ya en vísperas de unas elecciones municipales y autonómicas que, en la 'batalla de Madrid', van a tener su máxima, más dura, más competida, expresión. No estar en el debate por un Madrid mejor es hurtar a los madrileños algunas posibilidades a la hora de la elección mediante el voto. Mejor harían los socialistas, creo, exigiendo una paridad en la presencia y en el trato, inaugurando una polémica abierta y plural sobre el papel de los medios escritos, en la Red y audiovisuales, públicos y privados, ante estas elecciones, y denunciando aquellas cosas concretas que piensen que no se ajustan a lo que debería ser un manejo equitativo de una televisión que se paga con dinero de todos.
Claro que lo fácil, lo inmediato, lo espectacular a corto plazo, es lanzar los pies por alto, pegar un puñetazo en la mesa y decir 'me voy'. Eso permitirá a Telemadrid posicionarse como parte ofendida. Y, de paso, el ambiente se crispará aún más. Mal asunto y malos augurios ante una precampaña electoral que se presenta especialmente dura; que Dios nos pille confesados a quienes no queremos tomar partido.
Fernando Jáuregui