Actualizado 03/12/2007 01:00

Francisco Muro de Iscar.- El escándalo del aborto

MADRID 3 Dic. (OTR/PRESS) -

Los datos que se vienen conociendo sobre el escándalo de las clínicas abortistas del tal doctor Morín están alcanzando cotas estremecedoras. Abortos a cuatro y cinco mil euros, de treinta y más semanas cuando el feto podría ya sobrevivir sin ningún problema, con comerciales en Europa para captar clientes, hoteles y restaurantes incluidos en el viaje, con trituradora de fetos que acaban en los desagües... es algo que repugna. Los médicos prestan el juramento hipocrático: dedicar su trabajo a salvar vidas, no a acabar con ellas. Pero hacerlo, además, como un negocio que produce millones de euros de beneficios, sin escrúpulos de ninguna clase, merece una radical condena moral y profesional.

Al margen de que la Justicia investigue si lo que hacía este hombre es delictivo, como apuntan todos los indicios, hay que aclarar también si el Colegio Oficial de Médicos de Barcelona actuó cumpliendo sus responsabilidades deontológicas. Y, como ha sucedido en la 'Operación Guateque' en Madrid, si nadie sabía nada, ni las autoridades sanitarias ni las policiales ni las profesionales, habrá que hacer algo para que cada cual cumpla lo que toca. Y exigir responsabilidades. Aquí venían europeas de todas las nacionalidades a realizar abortos ilegales que en sus países, modernos, democráticos, civilizados, tolerantes, no es posible hacer legalmente. Somos líderes en Europa en abortos ilegales que se hacen a la luz del día y el país de la Unión Europea donde más se ha incrementado el número de abortos.

Pero al margen del caso concreto de un médico que monta una empresa de turismo abortivo, tan repugnante o más que el turismo sexual que todos condenan con indignación, especialmente las asociaciones de mujeres y de protección de la infancia, los políticos y la sociedad española deberían reflexionar seriamente sobre el tema del aborto. Si detrás de cada aborto hay una tragedia personal y una gravísima decisión personal con consecuencias posteriores para la mujer, los 98.500 abortos realizados en España en 2006 son un indicador de que la salud social está bajo mínimos. Son 270 abortos cada día, uno cada cinco minutos, ¡más de un millón cien mil abortos desde su despenalización!, y creciendo... Mujeres que utilizan el aborto como un anticonceptivo del día después o de semanas después, que alegan razones psicológicas graves donde, casi siempre, no hay más que una decisión de no querer tener ese hijo, una política anticonceptiva y educativa fracasada en tres décadas. ¿De verdad no hay que reflexionar sobre este fracaso social y tomar medidas serias de educación en la responsabilidad, de protección a la familia, a las madres solteras, a las mujeres con recursos escasos? Proteger la vida frente a la cultura de la muerte y los derechos del no nacido. Nos escandalizamos ante un caso concreto y miramos hacia otro lado cada día. Somos cómodos e hipócritas.

Francisco Muro de Iscar

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