MADRID 16 Jul. (OTR/PRESS) -
Eduardo Zaplana ha dicho que "la campaña electoral va a ser muy tensa". Seguro que tiene indicios suficientes para imaginarlo y no se si pruebas de lo que se prepara, al menos, desde su cuartel general y desde el del PSOE. Ahora que se está destrozando tanto, y a ningún coste, la presunción de inocencia, el dirigente popular podía haber dicho que "presuntamente va a ser muy dura", pero mentiría. Va a ser más que dura y muchos nos tememos que va a dejar heridas muy serias en la sociedad. Zapatero ya ha dado el pistoletazo de salida con esa decisión tan positiva para tantos, pero tan discutible y tan poco socialmente equitativa, de un cheque de 2.500 euros de nuestros impuestos para unos cuantos. Ni política familiar ni equidad. Sólo un cheque para ganar votos. Así que ahora, empieza la campaña de las promesas. Y vale todo. El que pierda habrá jugado con pólvora ajena. Y el que gane, tendrá el poder, quitará el dinero de donde sea necesario y asunto solucionado.
¿De qué vamos a hablar en esta campaña que ya se ha iniciado pero que se disparará, no es una metáfora, a partir de septiembre? Ya que no tenemos filósofos o ideólogos que sugieran caminos, los políticos deberían escuchar a los deportistas. Al menos a uno de ellos, Didier Thuram, el jugador del Barcelona, que acaba de visitar Guinea-Conakry, como embajador de la ONU ante la juventud en África occidental. Thuram, en un primer momento, se negó a llevar periodistas, pero le convencieron de que una parte del éxito de su misión está en que se sepa lo que hace, lo que dice y lo que pasa en esos países. Así que Thuram renunció a parte de sus vacaciones, se encontró con los jóvenes y les dijo que "las ideas son las mejores armas". Les animó a que defiendan su derecho a discrepar pero de forma no violenta. Una lección para los políticos y para los violentos de nuestro país. Se encontró con los ministros del país y les preguntó "cómo es tan pobre un país con tantas riquezas potenciales". Cuando el ministro de Deportes le pidió una academia para futbolistas, Thuram le respondió que el triunfo en el fútbol es una excepción y que los esfuerzos deben dirigirse sobre todo a la escuela. En Sierra Leona, el país de los niños soldados, Thuram insistió en que no va a crear una escuela de fútbol cuando se retire, sino una fundación contra el racismo."Aveces se tiene la impresión de que la palabra de un blanco vale más que la de un negro. No hay diferentes razas, hay seres humanos, la clasificación por razas es peligrosa".
El reportaje de su visita a Guinea, Sierra Leona y Liberia, publicado en La Vanguardia, es espectacular. Un deportista solidario, que apuesta por el diálogo, que amonesta al conductor por pitar contínuamente para apartar a la gente -"la ONU no es el rey del país, hay que saber comportarse y no dar una impresión de soberbia"- que tiene claro lo que hay que hacer. "No a la droga, no a la violencia. El pais tiene más necesidad de maestros, ingenieros o abogados que de futbolistas". Y cuando una joven le dice que quiere ser médico y partir a Europa, Thuram le recomienda: "tu país te necesita, no te vayas". Leido todo esto, ¿No es posible votar a Thuram para lo que sea? La próxima vez que le vea sobre el campo de fútbol, además de admirarle como el gran jugador que es le aplaudiré como persona. Necesitamos más gente como él y menos como otros. Necesitamos más ideas y menos violencia.
Francisco Muro de Iscar