Actualizado 02/04/2007 02:00

Francisco Muro de Iscar.- Los otros líderes

MADRID 2 Abr. (OTR/PRESS) -

Muchos españoles opinan que la política española adolece de líderes con autoridad. No me refiero a líderes que mandan, que los hay, sino a políticos con 'auctoritas', con peso ideológico, con reconocimiento social. Se les valora por dónde están, no por lo que son. Creo que eso sucede en los dos grandes partidos, pero también en los demás. Han desaparecido casi todos los 'barones' de la derecha y de la izquierda y, con todos sus defectos, es una pena que no haya políticos como Felipe González, Fraga, Anguita, Ardanza o Pujol, que tenían algo más en la cabeza que el deseo de obtener más poder sin más responsabilidad. Sabían hasta dónde se podía estirar la cuerda sin que se rompiera. Y eran capaces de negociar y de ceder utilizando la cabeza. Tenían un objetivo. ¿Y ahora?

Es posible que ni Zapatero ni Rajoy sean los políticos que necesita una España en crecimiento. Tampoco en Europa pueden tocar las campanas, pero Angela Merkel, Blair, Chirac, y tal vez hasta Sarkozy, están unos pasos por delante. Segoléne Royal está liderando el socialismo francés a golpe de bandera y de himno nacional y aquí andamos intentando que se escondan las banderas y se silencie el himno. Discutimos sobre anécdotas, pero faltan ideas. Y si nos olvidamos de los dos grandes, que representan casi el ochenta por ciento de los votos, es decir, más de tres cuartas partes de la voluntad de los ciudadanos españoles, lo que también se olvida con frecuencia, ¿qué nos queda? A la derecha no hay nadie y en el centro, tampoco. En la izquierda más izquierda, aunque de salón, Llamazares representa un socialismo caduco. Los nacionalismos siguen instalados en el pasado más rancio y algunos, como Carod y los suyos son capaces de proponer una cosa y la contraria, de aliarse con unos y ofrecer el poder a los otros contra sus socios de gobierno. Ibarretxe está esperando su Godot y Artur Mas mira a ver si los errores ajenos le devuelven el poder que siempre fue 'suyo'. ¿Qué podemos decir de lo que han aportado Montilla o Touriño? Poco o nada. Cosas muy parecidas podríamos decir de los actuales líderes del PP. Manifiestamente mejorables muchos de ellos. Y no hablo de Pepiño Blanco.

Muchos piensan si estos líderes saben dónde van o simplemente buscan el poder y mantenerlo a costa de lo que sea. Si tienen un proyecto o están instalados en el desconcierto. El poder de las estructuras partidistas, del 'aparato', anula la disidencia, cualquier disidencia. A Rosa Díez le quedan dos telediarios en el PSOE por decir lo que piensa, por pensar por cuenta propia. El PP prohíbe a sus miembros acudir a la 'SER' y sólo uno o dos se atreven a llevar la contraria. Ya lo dijo Guerra: "el que se mueve no sale en la foto". Los argumentarios electorales hablan de batallas y de guerras. El insulto y los gritos se imponen a las palabras y el acuerdo. No importan las ideas, sino la disciplina. No hay debate interno ni discrepancias. La opinión diferente se contempla como una traición. Y lo mismo pasa en los medios de comunicación. Algo muy malo para la salud de una democracia que necesita una urgente regeneración.

Francisco Muro de Iscar

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