Actualizado 13/02/2008 01:00

Isaías Lafuente.- Intuiciones

MADRID 13 Feb. (OTR/PRESS) -

En el auto del Tribunal Supremo que cierra la puerta a ANV a las elecciones generales y desestima otras medidas cautelares que sí ha adoptado el juez Garzón, los magistrados reconocen que los datos más significativos de la demanda de ilegalización son recientes, si bien "el proceso de colaboración de ANV con Batasuna se detecta desde el mes de mayo de 2007, y puede intuirse incluso respecto a fechas anteriores". Esa intuición la contrapone a la documentación ahora aportada, que no se basa en "conexiones teóricas, subjetivas y voluntaristas". Es decir, la conexión se intuía antes de las elecciones, se detecta tras los comicios, y se prueba gracias a la documentación obtenida después en algunas operaciones policiales y actuaciones judiciales esenciales, como la detención de la mesa de Batasuna en Segura, el pasado mes de octubre.

Hagamos memoria. En 2002, la intuición de que Batasuna formaba parte del entramado de ETA era extendida. Por eso en junio se promulga una Ley de Partidos a medida, tomando como referencia la horma de este partido. Pero, aún disponiendo de ese potente instrumento, no se actúa de inmediato contra esa formación. Se espera a que ETA mate y Batasuna no condene para promover su ilegalización. Eso fue en agosto. A partir de ese momento la Fiscalía General del Estado, la Abogacía del Estado y las Fuerzas de Seguridad comienzan a acumular pruebas. Aunque la demanda de ilegalización se presentó en septiembre, transcurrieron seis meses hasta que la Fiscalía y la Abogacía del Estado presentaran sus conclusiones definitivas, en febrero de 2003, y un mes y medio más hasta que el Tribunal Supremo decretó la ilegalización, el 28 de marzo.

Hoy como ayer, el Estado se ha tomado su tiempo para, en palabras del Supremo, transformar la intuición en prueba y poner sobre la mesa de los jueces afirmaciones "fundadas y razonables" y no meras elucubraciones "teóricas, subjetivas y voluntaristas". Lo que ha cambiado es que quienes entonces manejaron prudentemente los tiempos en nombre de las garantías que ofrece el Estado de Derecho consideran que hoy el calendario se ha ajustado convenientemente con criterios meramente electoralistas. Y sostienen ahora que todo se podía haber hecho "antes" porque las intuiciones eran evidentes, cuando ellos se tomaron el tiempo necesario, sin que nadie apremiase, para convertir la sospecha en prueba. Como debe ser.

Por cierto, dos meses después de la ilegalización de Batasuna el PP obtuvo en las elecciones municipales celebradas en el País Vasco los mejores resultados de su historia. A nadie se le ocurrió conectar ambos hechos y establecer una relación causa efecto. Pero hoy, es evidente, las cosas no son como ayer.

Isaías Lafuente.

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