MADRID 7 Feb. (OTR/PRESS) -
Las páginas de los diarios y los tiempos de los restantes medios informativos no son más que un reparto de espacios entre los protagonistas del momento. Y muy a menudo, esos personajes, generalmente ya de reconocida notoriedad, se ganan la crónica o los titulares por razón de una frase, incluso por encima de una actividad o una actuación. Los cuatro nombres que se destacan aquí tienen notable notoriedad, indiscutiblemente. Ayer pudieron haber estado Miguel Sebastián, José Blanco, Leire Pajín, Pedro Solbes, todos ellos por lo que opinaron sobre la actitud de la banca y del PSOE-Gobierno en la presente situación. Todos hablaron de la "paciencia con la banca" como asignatura imprescindible, pero con matices bien distintos: la del provocador, la del tranquilizador, la de la componedora... En el caso de Esperanza Aguirre, nadie duda que ha pasado a convertirse en elemento esencial de la pelea que se libra en el PP madrileño, de un lado, y contra el PSOE, de otro lado. Aguirre estrenó ayer en la asamblea de Madrid el debate sobre los presuntos espionajes contra sus propios correligionarios Ignacio González, Prada, Cobo y Granados. ¿Aguirre sabe más que el común de los mortales? Es indudable, pero ella se viene resistiendo a admitir la sospecha mayor: que haya habido seguimientos o espionaje de personajes, y mucho menos que hayan estado ordenados o seguidos pr ella misma. Aguirre practica a menudo la consigna de que nada hay más eficaz que un ataque sobre los atacantes. De manera que ayer acusó a los socialistas de hacer protagonizado una larga historia de espionaje. "El PSOE tiene como seña de identidad el espionaje político", dijo textualmente. Y se quedó tan feliz...
Botín es otro indudable personaje del momento, aunque sus declaraciones hayan pasado a segundo o tercer lugar las cifras de beneficios que su Banco logró en 2008, el primer año de la gran crisis. Botín interviene en el momento más crítico de la pelea sobre si la banca participa adecuadamente en la resurrección del crédito y de la actividad económica. Botín, naturalmente, defiende sus posiciones y considera irresponsable que el crédito crezca en plena crisis: el sistema quebrará si suben los créditos. "Es difícil, imposible, que el crédito aumente". Pero, tras señalar que su banco y otros mantienen abierto el grifo de los créditos, admite la posibilidad de que tales créditos aumenten. Su propio banco se compromete a adjudicar seis mil millones a empresas si el ICO flexibiliza la concesión y asume más riesgos... No le gusta nada a la banca estar en el punto de mira de quienes sospechan que el no-crédito bancario fuerza al cierre de empresas.
Bertone ha concluido su viaje a España. Rajoy dice que el gobierno español se ha peleado con el cardenal secretario de Estado, pero el Gobierno se ha mostrado satisfecho con su visita, al margend e que cada cual seguirá pensando lo que pensaba con anterioridad. El Gobierno, que tiene la obligación de atender a una ciudadanía que no toda ni siempre es católica ni practicante. El representante vaticano está en la obligación de recordar sus postulados esenciales: respecto a la vida, no ampliar el aborto, la educación como responsabilidad de los padres y no del Estado... Aunque "el Estado debe apoyar y proteger a los padres en su tarea educadora". A Bertone le parece que el laicismo que ve imponerse por doquier "quiere imponer una fe estrictamente privada", y que no se puede impedir la práctica pública de la religión... En varios medios se ha señalado que Rouco Varela permanecía taciturno durante la visita del enviado del papa, y que el secretario de Estado regresó a Roma con un amplio dossier sobre las "fechorías" de la Cope.
Y Berlusconi. Es frecuente que el primer ministro italiano provoque rechazo en muchos ciudadanos por sus ocurrencias. Muchos siguen preguntándose cómo es posible que los italianos repitan el "error Berlusconi" una y otra vez, pero que ellos sabrán. Ahora, "el cavaliere" sale en defensa de la pervivencia de Eluana, la mujer en coma desde hace 17 años, y a quien el Supremo italiano aprobó que se le privara de las medidas extraordinarias para seguir viva, dependiente de la red eléctrica... La familia de Eluana quiere que se la deje de comer, que se le desconecte, pero Berlusconi conecta con los "más papistas que el Papa" y fuerza a que el mismísimo presidente de la República italiana, Georgio Napolitano, se vea en la necesidad de decidir: con Berlusconi y una parte de la opinión pública, o con el Supremo y con la familia que quiere que se le termine un drama interminable...
José Cavero.