MADRID 14 Feb. (OTR/PRESS) -
Esta campaña electoral, de antemano, ha nacido en medio de unas turbulencias o vendavales inhabituales por razón de las varias operaciones en marcha que oponen a socialistas y populares: los espionajes entre dirigentes del PP madrileño, la trama o conspiración de Correa y sus socios para percibir fondos de instituciones en manos del PP, y la tormenta derivada de ambas, que el PP pretende que alcance al clima general y a determinados jueces que considera altamente hostiles, en particular Garzón, desde hace tiempo ya elevado a la categoría de enemigo público...
En medio de todos esos problemas políticos, ha arrancado una campaña de sólo quince días, que concluirá con la emisión de votos, en Galicia y Euskadi, el próximo primero de marzo. Y la primera observación imprescindible es establecer en qué medida todo el embrollo y pelea política repercutirá en el comportamiento de los votantes: a unos les convencerá la presunta animadversión contra el PP y otros estarán escandalizados por las sospechas de fraude, y hasta de eventual financiación ilegal, por parte del PP, allí donde le ha sido posible y por virtud de esos elementos que pudo en funcionamiento el tal Correa...
De momento, no se dispone de otras indicaciones y previsiones sobre lo que sucederá dentro de quince días que los contenidos de las encuestas. De momento, sus previsiones son sumamente moderadas y "todo puede suceder" el 1-M. En Euskadi parece seguro un avance sustancial de los socialistas y no se termina de ver avances parecidos del PP en Galicia, donde parece mucho mayor la estabilidad electoral y el "casi todo seguirá igual".
La encuesta del CIS apunta que la coalición de izquierdas PSGA-BNGA, que acabó con Fraga, revalidaría su mayoría frente al PP de Feijóo, que podría quedar en la misma situación actual, mayoritario pero sin fuerza suficiente para superar a los socios del gobierno. En Euskadi, parece muy improbable que pueda repetir el actual tripartito PNV-EA-EB-IU... En Euskadi puede haber lo que se entiende por "vuelco", es decir, que el PNV dejaría, finalmente, de ser partido que gobierne... La ausencia, por vez primera, de una candidatura abertzale, sin embargo, abre muchas expectativas novedosas.
Pero, en todo caso, los resultados de las encuestas corresponden a la pregunta efectuada "antes de los escándalos", y en ellas se vuelve a apreciar una caída importante de la valoración de Mariano Rajoy, que una vez más vuelve a verse como el elemento sobre el que pueden recaer los efectos de las urnas. No hay duda de que los dos resultados condicionarán el futuro de los partidos contendientes, pero no es menos cierto que resultarán más o menos beneficiosos para unos u otros dirigentes. Y es evidente que sobre el líder del PP penden muchas ganas de relevo...
Basagoiti, el candidato vasco del PP, ha arremetido contra "los tres mangantes", la conspiración judicial y la actuación de la Moncloa contra el principal partido nacional de la oposición. Ibarretxe ha empezado la campaña alertando de la eventualidad de que socialistas y populares sumen sus votos y expulsen del gobierno al PNV. Es una de las posibilidades, pero probablemente no la más deseable por el PSE, que preferiría gobernar en solitario acudiendo sólo ocasionalmente al apoyo de otros grupos para salvar determinadas votaciones en el Parlamento autonómico.
En todo caso serán elemento clave el porcentaje de electores, las eventuales participaciones de candidatos en la campaña y los debates electorales, así como las negociaciones poselectorales para la colaboración entre los partidos. Pero todo eso es anticipar acontecimientos...