Actualizado 18/11/2009 13:00

José Cavero.- El caso Alakrana, a toda popa.

MADRID 18 Nov. (OTR/PRESS) -

Todos los nuevos datos permiten llegar a la conclusión de que los dos poderes del Estado comprometidos en el caso, judicial y ejecutivo, están firmemente empeñados en sacar adelante el caso Alakrana en el menor tiempo posible. Empezando por el juez Pedraz, quien hoy mismo tomará declaración a los dos piratas detenidos en España y se estima que el juicio pudiera desarrollarse en unos pocos días. Los dos piratas rendirán cuentas ante la Justicia y se estima que los dos jóvenes piratas, en un tiempo aproximado de dos semanas, pudieran verse condenados a algo así como 220 años de prisión por 36 delitos de detención ilegal de los 36 pescadores españoles del atunero vasco. Incluso, el juez Pedraz tiene la amabilidad de no reclamar la pena correspondiente al delito de asociación ilícita, para no elevar aún más las penas que reclamarán él mismo y el fiscal...

Tan sólo falta saber qué día, muy próximo probablemente, se fijará para el juicio oral. El juicio corresponderá a la sección cuarta de la sala de lo Penal, que preside la magistrada Angela Morillo, y constituirán el tribunal ella y dos magistrados más. Eso, por lo que se refiere al poder judicial, los jueces de la Audiencia nacional, que no parecen ocultar su deseo de verse pronto libres de este delicado y problemático asunto... Pero la petición del fiscal de 220 años de cárcel complica la expulsión tras el juicio. La defensa recalará luego el envío de los piratas a Somalia si, como parece seguro, son condenados.

En cuanto al Ejecutivo, tendría, a continuación, que efectuar su correspondiente tarea: probablemente la de aplicar un indulto que permita a los dos piratas que sean trasladados a Kenia o a Somalia para que cumplan condena en alguno de esos países o en ninguna parte..., vaya usted a saber. La gran dificultad estriba, precisamente, en que Somalia es "una entelequia", un país de ficción, en el que no existen poderes del Estado ni Estado mismo..., que pudiera servir de interlocutores válidos para resolver la papeleta mediante alguna forma de acuerdo o convenio entre dos naciones. Si eso fuera posible, es más probable que el Gobierno de España estableciera algún acuerdo de intercambio de presos para el cumplimiento de penas. Pero tal cosa parece imposible de conseguir con ese "Estado entelequia" que es Somalia, la patria de los piratas que atacan en el Índico, y que han hecho de esos mares un lugar indeseable y peligrosísimo...

De manera que parece que se impondrá la fórmula del "indulto exprés", por causas humanitarias, como vía jurídica para expulsar a los piratas y concluir el vidrioso asunto. En cuando a los piratas jefes de los detenidos en Madrid, aseguran que tienen la garantía del Gobierno de que los dos tipos serán devueltos de manera inminente. Lo antes posible y en tiempo récord.

Es evidente que todos, Gobierno y Audiencia, tratan de resolver el asunto cuanto antes. A nadie interesa que se prolongue un día más. Pero se hace preciso respetar los tiempos y los modos. Todo ha sido ya bastante escandaloso y probablemente la satisfacción cuando se libere a los rehenes hará olvidar los sucesivos pasos de un episodio intranquilizador, pero probablemente didáctico, que habrá obligado a la toma de decisiones no previstas y a actuar con mucha más prisa de la que nadie pudo prever. Detrás quedarán las semanas que se perdieron en averiguar si "el pirata más joven" estaba o no en edad penal o si era o no conveniente haber traído a los dos piratas capturados para ser enjuiciados por la Audiencia Nacional y según las leyes españolas. O si las negociaciones con los piratas y sus representantes han sido "ejemplares" y "modélicas" o todo lo contrario: desde el dinero del rescate a los plazos del proceso. Todo habrá sido excepcional y nada modélico...

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