Actualizado 27/11/2007 01:00

José Cavero.- Chávez congela relaciones

MADRID 27 Nov. (OTR/PRESS) -

Lo que en un primer momento pudo resultar un episodio intrascendente, cuando el Rey quiso interrumpir al Chávez que, a su vez, estaba interrumpiendo la intervención de Rodríguez Zapatero en la cumbre de jefes de estado y de gobierno iberoamericanos que se estaba terminando de celebrar en Santiago de Chile, ha ido creciendo en dimensiones, y la última noticia es la que proporciona Hugo Chávez desde Caracas: Decide congelar las relaciones diplomáticas con España hasta que el Rey no se disculpe.

En realidad, Chávez ya exigió esa disculpa del jefe del estado español hace unos cuantos días, después de que fuentes diplomáticas españolas se aproximaran a la dirección de Venezuela para tratar de zanjar la historia. Pero Chávez, en plena campaña electoral, y con muchos frente abiertos, determina medidas severas, tanto con España como con Colombia, en este caso por al decisión del presidente Uribe de dar por terminada su labor, la de Chávez, de mediación entre la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y el gobierno colombiano. No parece que los dos episodios tengan nada comparable, salvo la decisión locoide de Chávez, que ya poco sorprende, después delas sucesivas declaraciones que ha efectuado en las últimas semanas, a partir del episodio chileno.

¿Hasta dónde puede llegar Chávez en esa espiral de reclamaciones para que el Rey de España se humille y se disculpe? ¿Terminará declarando la guerra a España, por causa de su grosería y falta de respeto a quien intervenía en ese momento, que era Zapatero, y que replicaba a inadmisibles groserías de Chávez contra "el fascista Aznar"? Cualquier cosa cabe esperar del personaje Chávez, el exmilitar golpista que, tras cumplir una pena de cárcel, llegado a presidente constitucional y ahora pretende permanecer en el cargo indefinidamente, con más poderes de los que ya dispone. Chávez, como se ha señalado recientemente, parece proponerse ser el sustituto o sucesor de Fidel Castro como líder revolucionario del Continente Iberoamericano. Y qué mejor que enfrentarse a sus vecinos, como Alvaro Uribe, o a los "conquistadores españoles", ahora mismo representados en el Rey? Sólo sus propios vecinos, como Lula da Silva, podrían situarlo en su sitio y llamar al orden a tan peculiar personaje.

La otra cuestión es que el Rey termine cediendo y entienda que no vale la pena ir más lejos en la relación con un país amigo. Pero antes sería conveniente que Hugo Chávez viera el vídeo de su propia actuación y de la descortesía que él mismo estaba cometiendo al interrumpir a otro jefe de gobierno que actuaba reglamentariamente. Don Juan Carlos sólo pretendió que Chávez escuchara lo que le estaba diciendo Zapatero: que conviene guardar las formas y no ir insultando por el mundo. Nada más.

José Cavero.

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