Actualizado 22/10/2009 14:00

José Cavero.- El debate más hosco.

MADRID 22 Oct. (OTR/PRESS) -

Como era previsible, el principal partido de la oposición está convirtiendo el debate a la totalidad de los Presupuestos como la gran oportunidad de ataque crítico al Gobierno y, en particular, a su jefe Rodríguez Zapatero. Mariano Rajoy reclamó que sus argumentos se dirigían contra el presidente del Gobierno y llegó a decir que no tenía nada contra la vicepresidenta económica, encargada de defender los grandes números del Estado. Elena Salgado se vio en la necesidad de denunciar la grosería de Rajoy al evitarla. "Una extraordinaria falta de respeto", se quejó la vicepresidenta...

No fueron las únicas críticas las de Rajoy y el PP. También Durán i Lleida, Joan Ridao, Joan Herrera o Rosa Díez defensores de sus correspondientes enmiendas a la totalidad, insistieron en sus ataques a los planteamientos económicos del Gobierno, que en esta ocasión contienen elevaciones de impuestos que a todos incomodan. Sólo Josu Erkoreka reía desde su asiento y a lo sumo encajaba alguna de las críticas de algún colega de escaño que no compartía la decisión del PNV de dar su apoyo a las cuentas del Gobierno a cambio del blindaje del Concierto económico vasco.

Rajoy tuvo una tarde de enorme expresividad, que contó con el aplauso encendido y eufórico de su bancada, y logró algunas metáforas de gran acierto, como la calificación de "chapuza letal" que aplicó a los Presupuestos, o como su aceptación de que es un hombre previsible, una definición que hizo de sí mismo hace ya un par de años, pero que aplicó ahora a la previsibilidad de que sacaría adelante una economía en severa crisis. "Soy previsible porque todo el mundo sabe que yo contendría el gasto público, porque yo no subiría los impuestos...", replicó un Rajoy enardecido. Y sobre todo, se esforzó por enmendar y negar cualquier consideración que hiciera Salgado, que sostenía que sus cuentas públicas eran las mejores y que preparan al país para la recuperación económica.

Por el contrario, el líder del PP pronosticó que empeorarán la crisis y se cebarán con las clases medias. Los Presupuestos, según Rajoy, traerán más impuestos, paro y deuda. En el seno del PP se celebraba anoche la victoria de esta fuerza política en el debate "por incomparecencia del adversario", después de que Rajoy ninguneara a la ministra Salgado y centrase todas las culpas en Zapatero. Resultó evidente que Rajoy quiso haber debatido con Zapatero y no con la vicepresidenta. "Pero es lo que toca", le recordó Salgado, encargada de comprobar el mal estado de las cuentas y las previsiones nada optimistas que aún quedan por superar para salir de la crisis: más paro y menos crédito.

La victoria parlamentaria, con pocas dudas, se la apuntaron este martes Rajoy y el PP, aunque no conseguirán su propósito final de que los Presupuestos se retiren de su debate. Y además, los Presupuestos no acabaron ahí, en la sesión de este martes que posiblemente Elena Salgado recordará como "martes aciago". Los grandes números del Estado tienen más sesiones de trabajo y un recuento final que ya es conocido, por virtud de los apoyos que el Gobierno ha conseguido con el PNV y Coalición Canaria. Tras la segunda sesión de debates sobre la totalidad, volverán al Congreso, con toda probabilidad, tras otro vapuleo en el Senado, pero la última palabra la tendrá el Gobierno, en las páginas definitivas del Boletín Oficial del Estado.

Y habrá quedado viva una consideración última: Rajoy es un vigoroso y hasta crudo tribuno, a quien se aplaudió el diagnóstico sobre una situación incómoda. Pero es cosa distinta que disponga de recetas mágicas. En esta ocasión, volvió a faltarle, como en muchos otros debates sobre el mismo asunto de la crisis, una propuesta concreta, por ejemplo, para recortar el gasto público. No termina de rematar...

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