MADRID 3 Nov. (OTR/PRESS) -
Estaba cantado que la sentencia del 11-M no terminaría con el intercambio de acusaciones y reproches entre PP y PSOE. Rubalcaba y Blanco por el PSOE y Zaplana por el PP parecen los encargados de mantener viva esa llama iniciada el mismísimo 11-M de la salvaje matanza, y que por tanto, dura ya poco menos de cuatro años.
"Que Rajoy diga: ETA no ha sido", solicita el portavoz Rubalcaba. Y le replica el portavoz Zaplana: "Que Zapatero diga que no fue por Irak". Y Blanco tercia para acusar a Aznar de ser "el autor intelectual del engaño masivo", y a Acebes el autor material, y que los cooperadores necesarios son Rajoy y Zaplana...
Es decir, están más instaurados en la propia verdad que nunca, y no será fácil que nadie reconozca nada. El PP, por boca de Rajoy y de sus restantes portavoces, anuncia que seguirán investigando o apoyando futuras investigaciones, mientras el diario 'ABC' recuerda que el juez Del Olmo mantiene abiertas cuatro causas relacionadas con los atentados, y que, por ello, "la sentencia del 11-M no ha puesto punto final a la investigación de aquellos atentados, aunque sí hayan supuesto un paso de gigante, casi definitivo, en su esclarecimiento".
Es evidente que, en vísperas de unas elecciones que van a cerrar los cuatro años 'de conspiración', cada cual trate de beneficiarse llevando el agua a su molino. ¿Hace referencias la sentencia a la guerra de Irak, como móvil y razón de ser del atentado? Sí lo hace en algunas observaciones. Con lo cual, será difícil que Zapatero vaya a proclamar lo que le pide Zaplana, que diga que no fue por Irak. En cambio, nada apoya la tesis de una eventual intervención de ETA. Y tampoco cabe esperar que en el PP se dé por definitivamente concluido y zanjado el asunto.
Hay una zona 'de resistencia' clara, por más que algunos diputados reclamen a Rajoy que se olvide de una vez del asunto y "pase página". "La puerta que nos une a algún pasado debe cerrarse", escribe Montserrat Nebrera. Y López Medel insiste: "En una sentencia tan extensa y concluyente no quedan márgenes para seguir alentando una especulación inconsistente. No conducen a nada".
Harían bien nuestros políticos en poner sus atenciones preferentes en otras cuestiones que, ni mucho menos, pasan inadvertidas a los ciudadanos. Muy al contrario. Por ejemplo, la visita de los Reyes a Ceuta y Melilla y el enfado que provoca en Rabat. O la subida de los precios de la leche, el pan y los huevos, que encarecen sistemática e incesantemente la cesta de la compra.
José Cavero