MADRID 5 Nov. (OTR/PRESS) -
¿Alguien pensó que la sentencia del 11-M iba a acallar a todos los innumerables adversarios de las tesis de los jueces y fiscales que elaboraron los trabajos previos y sumario final sobre los que se ha asentado la sentencia misma? Hubiera sido de gran inocencia pensar que esos adversarios de las tesis de Del Olmo y Gómez Bermúdez iban a dar todo por bueno. Desde el mismo momento en que se empezó a divulgar la sentencia, empezó también la divulgación de dudas e inexactitudes. El propio comunicado de Mariano Rajoy abría la puerta para que, desde su propio partido, se mantuviera una actitud de 'ya veremos', al apoyar futuras investigaciones sobre el particular. Y no faltaron ni siquiera algunas horas para que algunos de los más caracterizados portavoces de esas tesis insistieran en ellas: Jaime Ignacio del Burgo ni siquiera ha descartado la implicación de ETA. Zaplana ha mantenido las suspicacias que antes adujo. En el seno del PP se ha producido una auténtica tormenta entre partidarios y contrarios de la sentencia. Pero el propio Rajoy había dejado abierta la puerta a la discrepancia, por más que algunas relevantes figuras, como Nebreda, López Medel, Gallardón, le aconsejaran públicamente que se atuviera al texto y pasara página para dedicarse a cuestiones de mayor futuro... Y de parecida materia quienes elaboraron 'teorías alternativas' las sacan de sus propios baúles y las comparan con los hechos probados por los jueces de la Audiencia nacional. Casi nada es lo que parece, para estos investigadores alternativos, que proclaman con insistencia que la sentencia ignora pruebas sumariales, que el tribunal soslaya testimonios o que el fallo elude aspectos esenciales de la investigación, o que hay absoluciones inexplicables. Definitivamente, la sentencia ha estado muy lejos de complacer a los anteriormente discrepantes, convertidos, según denunció una relevante figura del PP, en estrategas externos del propio partido de la oposición durante los tres últimos años y medio.
¿Conduce a alguna parte esta disensión que vuelve a ocupar páginas y páginas de debate, de comparación y de explicación de textos del sumario de Del Olmo y de la sentencia de Bermúdez? Posiblemente ayude a algún abogado defensor a preparar sus propios recursos, y a esperar el nuevo fallo revisado que pudiera retocar algunos matices de la sentencia elaborada durante un trimestre. Parece más práctico hacer caso a lo que sostiene Durán i Lleida: Que el país tiene otras prioridades de las que discutir. O lo que afirma José Blanco: "¿Qué más da si fue Osama bin Laden o su primo?"
Una cosa sí parece evidente: que se puede seguir discrepando de la sentencia toda una eternidad. Hasta que terminen de salir algunos de los condenados a más severas penas de privación de libertad por el crimen nefando.
José Cavero