Actualizado 06/03/2010 13:00

José Cavero.- El estreno del Palacio Zurbano.

MADRID, 6 Mar. (OTR/PRESS) -

La primera ronda de negociaciones entre tres ministros del Gobierno o/y los portavoces parlamentarios de los grupos políticos llegó a su fin en la tarde-noche del jueves. No se sabe aún si el ya famoso palacete del Ministerio de Fomento volverá a albergar a estos mismos o los siguientes negociadores que ahora toman el relevo y tratarán de concluir y redactar los correspondientes acuerdos alcanzados o alcanzables... El palacete de Zurbano, por lo demás, no satisfizo a todos: el PNV se quejó de un exceso de cámaras televisivas y algunos otros grupos echaron de menos que se hubiera cambiado de escenario, cuando ya existe el Congreso para esa clase de deliberaciones sobre programas y medidas de actuación gubernamental.

¿Qué ha quedado tras esta primera ronda? Desde el Gobierno, se ha insistido en que un acuerdo era posible entre PSOE y PP sobre numerosas cuestiones. El PP, que llegó lleno de cautelas y resistencias, también fue suavizando posiciones, a medida que sus interlocutores aceptaban y transigían: se ha llegado a proclamar que fueron aceptadas la mitad de sus aproximadamente cuarenta propuestas. El PP no ha ocultado su satisfacción porque, finalmente, el Gobierno, al menos, reconoce la existencia de un programa diferenciado o alternativo en el principal partido de la oposición. Un programa que, en cambio, algunos analistas aún siguen esperando que se divulgue en su integridad y con sus caracteres diferenciadores. Alvaro Nadal mostraba su satisfacción, mientras exhibía las propuestas del PP, por el hecho de que hayan aparecido en su conjunto ante la opinión pública, y se haya podido comprobar su existencia misma y lo que diferencia a los dos partidos.

Pero para no pocos analistas casi todo ha quedado reducido a un par de frases de Montoro. Primera: No pactaremos con un gobierno que sube los impuestos. O sea, que pretende subir dos puntos el IVA desde el primero de julio. Y segunda, pero cada vez menos repetida: el Gobierno no sabe qué hacer para resolver la crisis, nosotros sí... Es decir, toda una proclama electoral.

Parecida satisfacción han mostrado los socialistas. Sus recetas para salir de la crisis son perfectamente defendibles y los opositores aportan muy escasos contenidos novedosos o revolucionarios. Nadie tiene fórmulas secretas y milagrosas. Y no se trata de seguir recurriendo al slogan que venía empleando el PP: como tus recetas no están sirviendo, quítate del Gobierno y deja que pruebe las mías. Prácticamente son las mismas... ¿Va a resultar tan decisivo un IVA dos puntos más o menos elevado?

Y, a la postre, incluso planteamientos en los que habían coincidido todos los partidos no-gubernamentales, como la reducción de costes y gastos público, de altos cargos, de departamentos ministeriales, es aplicable a todos, y no sólo a los departamentos ministeriales. Cada cual tienen sus propias autonomías y ayuntamientos, en los que también convendrá aplicar parecidas recetas de recortes drásticos, con el firme propósito de conseguir el 3 por ciento de déficit en los presupuestos de 2013, por duro, difícil y sacrificado que pudiera resultar su obtención. De lo contrario, la fama de buen pagador internacional que ha conseguido España, y de buen socio comercial, podría verse seriamente en riesgo.