MADRID 1 Oct. (OTR/PRESS) -
Las más recientes informaciones sobre la actuación de la trama Gürtel en Valencia han indicado con bastante claridad la relación de los comisionistas con la financiación del Partido de Camps, Costa y Rambla, el triplete dirigente del PP valenciano. Una vez más, ha reaparecido "la sombra de un Filesa", asunto que en su momento reclamó atenciones prioritarias y amplísimas en el debate política nacional. Entonces se reveló que el PSOE disponía de unos departamentos muy bien engrasados y de extraordinaria eficacia mediante los cuales el partido obtenía unos ingresos "en negro" que no tenían por qué aparecen en las cuentas que se trasladan al conocimiento y aprobación del Tribunal de Cuentas. De ese modo, el PSOE se podía saltar perfectamente los topes que los partidos tienen asignados para su financiación. Pues bien, ahora la sospecha vuelve a rondar al otro gran partido, al PP, que ya en ocasiones anteriores parece que tuvo la misma tentación, con el llamado caso Naseiro. Siempre son episodios oscuros, en los que una parte lo niega todo, y la otra parte no tiene más que indicios, sospechas y males pensamientos. Ahora se dispone de algo más: una denuncia formal y con origen policial, basada en documentos de la propia Trama de Correa y "El Bigotes".
Siempre fue, el de la financiación de los partidos, un "agujero negro" de la política española. Nunca hemos podido disponer, los contribuyentes y ciudadanos en general, de cuentas claras sobre lo que ingresan y lo que gastan esos elementos e instrumentos del funcionamiento democrático que son los partidos. Pero, de nuevo, nos llega el mal olor del probable fraude, si es que alguna vez dejó de existir esa sospecha. Siempre se nos explicó que la derecha, pro regla general, y por voluntad de sociedades y empresarios, particularmente, suele ser recipiendaria de muchos más donativos y "dádivas" que la izquierda, y que es muy difícil que tal cosa sea posible demostrarla con luz y con taquígrafos. !Ay, si Luis Bárcenas quisiera algún día contar todo lo que sabe...! Pero todos hemos podido comprobar la "extrema amabilidad" que el partido y sus altos cargos han tenido con el implicado por los jueces Garzón y Pedreira, sucesivamente. Un tesorero bajo sospecha es un peligrosísimo elemento muy a tener en consideración. Es hombre que, en todo caso y en cualquier circunstancias, sabe demasiado.
Pues ahora, sumándose a la controversia que suscitan "los papeles de la Gürtel valenciana", ha intervenido el presidente gallego Núñez Feijoó, con otra denuncia que no podrá pasar inadvertida. Según declara Feijoó, el PP "con mayor base y militancia que ningún otro partido gallego, no pudimos estar a la altura de los gastos en que incurrieron el BNG y el PSOE en la última campaña". Y redondea Feijoó, reclamando una ley para que la sociedad conozca cómo se financian los partidos. Una reclamación que, de antemano, sabemos que habrá caído en saco roto, por la sencilla razón de que ningún partido, ni grande ni pequeño, quiere pasar por ese fielato de la norma de estricto cumplimiento sobre financiación propia. Muchos periodistas y medios informativos hemos reclamado reiteradamente ese tipo de normas, e incluso que las vigentes funcionen de una vez. Pero si hasta el presidente y los miembros del Tribunal de Cuentas suelen proceder de un partido político. ¿quién podrá suponerles rigidez y estricto cumplimiento a los controladores?.