Actualizado 04/02/2007 01:00

José Cavero.- Una frase, dos movilizaciones, miles de ciudadanos

MADRID 4 Feb. (OTR/PRESS) -

Este sábado, ciertamente, no es un día cualquiera. Ha producido una hermosísima frase-reto, la del presidente del PNV, dos movilizaciones coincidentes y contrarias, además de ver resueltos casos de larga duración como el asesinato del alcalde de Fago o la Opa de Endesa. Para empezar: ¿se imaginan ustedes que Arzalluz, en sus muchísimos días de Presidente del PNV, hubiera dicho lo que ahora proclama Imaz, Josu Jon: "El objetivo estratégico de este país no tiene que ser enfrentarse a España, sino cautivarla. Es una reflexión que me va a costar más disgustos que loas, pero es el único camino".

En el resto del menú hay muchas menos amabilidades y delicadezas. Ha dicho la vicepresidenta Teresa Fernández de la Vega que el Gobierno no va a aceptar insubordinaciones ni chantajes, y que pone en duda la buena fe de muchos de los que se manifiestan hoy. Se refiere a la movilización de PP, AVT y Foro de Ermua, o de Buesa, Alcaraz, Rajoy y Aznar, por el orden que usted prefiera, pero que ha requerido muchos esfuerzos de organización, según algunas confidencias divulgadas: los convocantes se han esforzado para que la marcha de Madrid resultara multitudinaria, mucho más que la del 13 de enero, cuando los convocantes fueron las centrales sindicales y los ciudadanos ecuatorianos. Esta vez se ha pretendido replicar, y vencer en la réplica; si en enero fueron 200 mil los manifestantes, para este sábado en el PP se llegó a vaticinar el famoso millón. No se han ahorrado medios: Javier Arenas fletó en Andalucía cinco mil autocares, y adquirió todos los asientos de un AVE, aunque no logró permisos para alquilar dos trenes más. Desde otras comunidades, el PP impulsó hacia Madrid otros centenares de autobuses más. Se trataba de derrotar al Gobierno en la calle, de recuperar la iniciativa. Esta vez no podían fallar ni Aguirre ni Gallardón, ni Aznar ni Zaplana, ni Piqué.

La otra movilización era mucho más singular. No sucede a menudo que un obispo convoque a la paz y al diálogo, y eso hacía en Bilbao su obispo Blázquez, presidente de la Conferencia Episcopal, por cierto. Ni sus colegas de episcopado Cañizares o Rouco quisieron secundarle, aunque sí peneuvistas y socialistas vascos. Es lo que últimamente se llama 'distintas sensibilidades'. ¿Quién conseguirá el cara a cara de Cañizares y Blázquez?

Y alguna cosa más: una encuesta de opinión que publica La Gaceta, y según la cual, después del bache del atentado de Barajas, el gobierno se ha repuesto y supera en 4,5 puntos de ventaja al partido opositor. La Vanguardia ya anticipó otra encuesta con idénticos datos, pero no mereció ni mucho menos las atenciones de las encuestas que dijeron lo contrario. ¿Cómo se explica el fenómeno de ahora? Dice la encuesta en sus resultados finales que la valoración del liderazgo de Mariano Rajoy cae, mientras la del presidente sube. Y que, si bien es cierto que la mayoría comparte las tesis del PP sobre el terrorismo, -o sea, la derrota frente al diálogo- sin embargo, prefiere las formas de Zapatero, y Zapatero aumenta su ventaja.

José Cavero

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