MADRID 10 Jun. (OTR/PRESS) -
Posiblemente Angela Merkel, David Cameron y Silvio Berlusconi... Todos los jefes de gobiernos europeos que están siguiendo los mismos pasos del Gobierno español en materia de recortes de salarios de funcionarios, cuando no de reducción de la cifra de funcionarios, y otras drásticas rebajas de gastos de dinero público, es posible que colaboraran en disuadir a los funcionarios convocados este martes para manifestar su enfado con las decisiones del Gobierno, que los ha convertido en "primeros paganos" de la crisis, con sus propios sueldos. Lo cierto es que, por convencimiento general de que "vienen mal dadas" y no hay más remedio que aceptar lo inevitable, o por la amenaza de lluvia que era evidente en Madrid, la mayor parte de los funcionarios prefirieron no secundar la huelga, ni tampoco asistir a la convocatoria de manifestación efectuada por los dirigentes sindicales. Las cifras que habían aportado, durante la jornada, tanto el Gobierno como los sindicatos, eran expresivas del desencuentro que, también en materia estadística, se estaba produciendo, y que hoy se convierte en los grandes titulares de los periódicos de este miércoles, todos bastante coincidentes: Los funcionarios ignoran el primer pulso de los sindicatos al Gobierno, dice El País, que añade que la huelga, seguida por el 11 por 100, apenas alteró los servicios públicos. Toxo y Méndez piden a Zapatero que tome nota de la protesta. El Mundo no duda en hablar de "fracaso sindical", y dice que facilita la reforma laboral de Zapatero. El Gobierno estima en el 11,8 por 100 el paro de funcionarios y los convocantes elevan la cifra al 75 por 100. La huelga tuvo eco en Educación pero no en Sanidad.
Dice ABC que el paro de funcionarios fracasa como ensayo de la huelga general. Los empleados públicos, añade, ignoraron el llamamiento sindical. Duelo de cifras entre sindicatos y Gobierno: para el Ejecutivo, lo secundó el 11,8 por 100 de los trabajadores, para UGT y CCOO el 75. Titula El Periódico de Cataluña: 8-J, un ensayo poco general. Los sindicatos logran un apoyo discreto de los funcionarios en el test para una huelga de todo el país. Guerra de cifras en una jornada sin incidentes y con marchas masivas en Barcelona y Madrid. Ensayo fallido, es el gran titular de La Vanguardia, que explica que los sindicatos no lograron paralizar la actividad en el sector público, y que UGT y CCOO cargan contra los servicios mínimos, que califican de abusivos. Las centrales descartan que el pinchazo afecte a futuras protestas. Dice La Gaceta que la guerra de cifras constata el fracaso del paro de funcionarios.
Asegura La Razón que Zapatero pacta con Méndez aplazar la huelga general y acordaron que el decreto de la reforma laboral se aprobara el día 16 para no convocar el paro hasta el fin de la presidencia de la UE y hacerlo coincidir con las protestas europeas del 29 de septiembre. Huelga de mínimos, dice el titular de Público, que añade que los servicios públicos apenas se vieron alterados por el paro de los funcionarios, y que el Gobierno cifró el seguimiento en el 11,8 por 100 y los sindicatos lo elevaron al 75 por 100. Pobre seguimiento de la jornada de huelga de los funcionarios, dice La Voz de Galicia, que señala que el bajo seguimiento no disuade a los sindicatos de una huelga general. La huelga de funcionarios fracasa y da aire a Zapatero, interpreta Expansión. Escaso eco de la huelga de los funcionarios, según Cinco Días. Fracasa la huelga de funcionarios. Los sindicatos pierden el primer pulso, afirma El Economista. Ensayo fallido de huelga general contra el recorte, dice ADN.
Hay coincidencia en que el que se consideró "ensayo para una futura huelga general" que podría producirse contra el decreto del Gobierno sobre reforma laboral, no dio resultados felices para los convocantes. ¿Eso da oxígeno al Gobierno de Zapatero? No hay duda de que un resultado adverso hubiera venido a resultar un nuevo golpe a la credibilidad y a la golpeada imagen del presidente, que ahora mismo tiene frente a sí otra tarea hercúlea: la reforma del mercado laboral.