MADRID 9 Abr. (OTR/PRESS) -
El martes, el presidente del Gobierno acompañó al ministro de Industria, Miguel Sebastián, a la presentación de los grandes y ambiciosos planes sobre la fabricación e impulso del coche eléctrico, como una de las tareas y apuestas de futuro y ventaja clara frente a otros países y economías. Este miércoles, el jefe del Gobierno acompañaba al ministro de Fomento, José Blanco, para anunciar los grandes datos del plan de infraestructuras, que debe incidir en el mismo propósito que el coche eléctrico: anticiparnos y poner en marcha importantes inversiones en obra pública que, además de dar trabajo a grandes empresas y, consiguientemente, cooperar en la creación de empleo, tiene otra particularidad: retrasar el pago de estos trabajos a 2014, de modo que no interfiera en los planes del Gobierno de reducir el déficit al 3 por 100 de aquí a 2013, según instrucciones de la comisión Europea.
Pero hay más, en este esfuerzo de presentaciones del Gobierno: coche eléctrico, obra pública, créditos ICO, reforma laboral, acuerdos de Zurbano... Es lo que algunos analistas han llamado "pasar al ataque" del Gobierno ante los malos datos y las previsiones tampoco excesivamente favorables ni optimistas. La OCDE acaba de advertir que la recuperación económica europea es frágil y que Europa será la última región del club de los países más ricos en salir de la crisis, después de que lo hagan Estados Unidos y Japón. Con otro dato también a tener en cuenta: el crecimiento que venían registrando las finanzas alemanas se ha estancado y amenaza a toda la zona euro. Italia y Portugal que también habían comenzado a crecer, recaen, mientras Alemania se estanca. La economía germana no crecerá este año y España tiene graves problemas de sostenibilidad..., mientras el temor a una suspensión de pagos de Grecia dispara todas las alarmas de los mercados y la banca griega pide permiso para usar 17.000 millones de su plan de apoyo.
Sólo Asia proporciona buenas previsiones, con crecimiento que superarán incluso el ocho por ciento. En el resto de las economías esperan aún tiempos difíciles, y de ahí que el Gobierno haya decidido no esperar a la buena marcha de otras economías de la zona y poner todo cuanto esté en su mano para salir del mal trance: más inversión pública, mayor compromiso de los empresarios privados para sumarse a esos planes que deberán proporcionar trabajo y no estancarán el crecimiento de las infraestructuras que se ha venido ejecutando en los últimos años. De los 17.000 millones que ayer se anunciaron nada menos que el 70 por 100 serán inversiones destinadas al ferrocarril, con lo que se mantiene la gran apuesta por el tren de alta velocidad, mediante concesiones que en algunos casos se prolongarán hasta en treinta años. El plan es de extraordinaria ambición: sólo por lo que se refiere a trenes y carreteras, se permitirá la creación y mantenimiento de 400.000 puestos de trabajo. Quedan excluidas de este plan inversiones en puertos y aeropuertos.
Las empresas deberán financiar por su cuenta el veinte por ciento de la inversión inicial y aún no hay una lista de proyectos cerrada, si bien se incluirán ya los proyectos maduros. Y Fomento destinará un 8 por 100 anual a devolver el dinero adelantado a las constructoras. Se trata de una fórmula de financiación público-privada que viene a constituir la mayor estrategia de colaboración de la historia de España, nada menos. Al sector, la propuesta de José Blanco le parece bien. Y la presentación del plan fue todo un acontecimiento rodeado de notable expectación y con mucho público.