MADRID 8 Dic. (OTR/PRESS) -
Precisamente, en la celebración de la Constitución que contaba, por vez primera en tres décadas, con la presencia del lehendakari vasco, faltaron los seis presidentes de las comunidades autónomas del PP, empezando por la madrileña Esperanza Aguirre, el valenciano Francisco Camps, el murciano Ramón Luis Varcárcel, el gallego Alberto Núñez Feijoo, y concluyendo con el riojano, Pedro Sanz, y el castellano leonés Juan Francisco Herrera. Ni uno solo acompañó al presidente del PP, Mariano Rajoy, él sí presente y "declarante". ¿Se pusieron de acuerdo, o fue una casualidad no buscada? No es menos cierto que hubo algunas ausencias socialistas, como la del andaluz Griñán, o el asturiano Álvarez, pero con las presencias de José Montilla, Patxi López, también acudieron el aragonés Marcelino Iglesias o el castellano-manchego José María Barreda. Será preciso, en adelante, tomar lista de presencias y ausencias...
En los pasillos, había especial interés en ver las caras que ponían, en su encuentro inevitable, Montilla y la presidenta del TC, María Emilia Casas. Ésta asumió el firme compromiso de que la sentencia del Estatut será dictada por esta institución con su actual composición, sin que tenga que ser renovada forzosamente para resolver su actual bloqueo. Casas expresó esta voluntad durante el acto de celebración del trigésimo primer aniversario de la Constitución, en el Congreso. A lo largo de la recepción ofrecida por el presidente de la cámara, José Bono, y en especial tras su discurso, abundaron las alusiones al actual debate sobre la constitucionalidad del Estatut. Cada vez que fue preguntada, y fueron muchas, Casas subrayó que el Constitucional sigue trabajando de forma intensa y con "la firme voluntad" de dictar la sentencia lo antes posible. No descartó, incluso, que pueda darse a conocer el fallo antes de las próximas Navidades. ¿Será posible? El criterio más extendido en el propio TC, sin embargo, es que no bastarán unas pocas semanas más para despejar el camino de la deliberación. La oposición radical de cuatro magistrados al concepto de "símbolos nacionales" de Catalunya, y la dificultad de hallar una fórmula interpretativa satisfactoria para otros dos jueces del TC, mantiene bloqueada la situación. El Gobierno no oculta su preocupación por las dificultades para dictar sentencia.
Pero una y otra vez se vuelve sobre las ausencias de los presidentes "peperos", todos a una. ¿Hay alguna explicación? Aseguran que Rajoy no la tenía, no tenía explicación ni razones que justificaran esas ausencias. Se les supone "autónomos", como su nombre indica, y cabe suponer que actuaron por razón de sus propias conveniencias y calendarios, sin atenerse a razones, consignas o argumentos comunes. ¿Por no encontrarse con Rajoy? ¿Por no interrumpir su "puente" festivo? ¿Porque no les venía bien viajar a Madrid? Sorprendente historia, que se supone que tendrá más capítulos y nuevas consideraciones y razones. Por lo general, los propios presidentes se verán en una cierta obligación moral de responder de su ausencia ante sus propios ciudadanos autonómicos.