Actualizado 28/09/2007 02:00

José Cavero.- la reclamación de Montilla

MADRID 28 Sep. (OTR/PRESS) -

Ha sido significativo, sin duda, el llamamiento que el presidente de la Generalitat de Cataluña, José Montilla, ha hecho en los actuales momentos de una cierta crispación y falta de entendimiento difícil de justificar y de entender, salvo acaso por alguien con la cabeza ajena a banderías y guerras sin cuartel: Montilla ha reclamado el fin del enfrentamiento con España, que deje de lamentarse y hacerse víctimas permanente, y, en su mismo discurso conciliador, ha pedido respeto al Rey. "Soy más partidario de la normalidad política que de la excepcionalidad política", dijo Montilla en este discurso desarrollado en el Parlament de Cataluña.

El discurso del "molt honorable" ha tenido lugar, como ha descrito un cronista, "con las cenizas aún humeantes de las fotografías de los Reyes en Girona", en una de las actitudes posiblemente más gregarias y difíciles de entender de los último tiempos, cuando proliferan las banderas sin izar o se rasgan las fotografías de los miembros de la Casa Real. Pues bien, precisamente en ese momento de irracionalidad, el molt honorable, como anteriormente hicieran Zapatero o el ministro Alonso, que ha ofrecido al Rey todo el apoyo que necesite, ha querido poner su toque de atención y una opinión de moderación. "Cataluña no necesita quemar nada para hacerse oír", dijo Montilla. No somos un gobierno republicano, ha señalado, a su vez, Alonso, cuando ya los jueces Pedraz y Grande Marlaska han ordenado actuaciones contra quienes aparecen como cabecillas de estos brotes antimonárquicos.

Cabe suponer que nos hallamos ante situaciones episódicas, momentáneas y pasajeras. Que un grupo de individuos se hayan dedicado a quemar fotografías de los Reyes en la ciudad de Girona, después que quedara el libertad uno de los cabecillas de tal acción no deja de resultar difícil de concebir y de explicar. Es posible que se haya producido en los últimos tiempos algún caldo de cultivo, y que por parte de algunos miembros de la familia tampoco se hayan hecho esfuerzos por integrarse en una sociedad reivindicativa y a menudo molesta.

Si el propio portavoz del PP en el Senado se queja y lamenta de que el crecimiento global de la economía, del 4 por 100 anual, no concuerde con la elevación de los salarios de los trabajadores..., y si el mismísimo presidente del PP "osa" llevar la contraria a su jefe designante Aznar, y le rectifica públicamente proclamando que a Irak se fue sin resolución de la ONU, no como a Afganistán..., en ese cúmulo de acontecimientos tampoco debieran sorprender otros comportamientos y actitudes escasamente coherentes y razonables. De ahí, precisamente, que sea merecedora de atenciones una reclamación como la de Montilla, un discurso de conciliación con el resto de los españoles, que por cierto no ha gustado a los diputados de Ezquerra Republicana de Cataluña, "casualmente".

José cavero

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