MADRID 31 Mar. (OTR/PRESS) -
Para este lunes estaba previsto que fuera protagonista principal una caja de ahorros, Caja Madrid, por razón de la decisión del Gobierno de recurrir ante el Tribunal Constitucional la reforma que viene intentando aplicar en ella la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, para controlar más su dirección. Sin embargo, la decisión del Banco de España y del Gobierno de intervenir otra caja, Caja Castilla-La Mancha, ha relegado a un segundo plano la caja que se vienen disputando Aguirre y Gallardón, aunque "la lideresa" no dudó en quejarse ayer de la desproporción con la que actúa el Gobierno, al pretender aplicarle la misma norma que paralizó el Plan Ibarretxe...
Efectivamente, las atenciones se han colocado en la primera entidad bancaria, CCM, que ha merecido la intervención del Estado y hoy son muchas las consideraciones que reclama esta actuación: el deterioro de capital de la caja, sus problemas de liquidez, la fuerte expansión de sucursales, la apuesta por el ladrillo, la muy ambiciosa participación de la Caja en grupos industriales..., son las causas que han movido a intervenir a Miguel Angel Fernández Ordóñez, gobernador del Banco de España, y Pedro Solbes, vicepresidente económico. Ni siquiera falta quien apunte a los créditos concedidos a promotores cercanos a Barreda, presidente manchego, que habrían hundido las cuentas de CCM.
Pedro Solbes, al término del Consejo de Ministros extraordinario que se desarrolló en la tarde de este domingo, explicó que se había intentado resolver la situación mediante una fusión con otra caja. Se relata hoy que el presidente de Unicaja, Braulio Medel, había enfurecido el pasado viernes al gobernador Fernández Ordóñez al exigirle más de 1.500 millones para proceder a la fusión con la caja andaluza.
Se calcula que los créditos impagados en manos de promotores superan los tres mil millones y se recuerda que, en esa carrera hacia adelante, la caja había lanzado hace apenas tres semanas depósitos al cuatro por ciento, mientras incrementaba su publicidad televisiva... Pero nada de ello ha sido útil: el Gobierno ofrece un aval de nueve mil millones y confía que no serán precisos más de dos o tres mil, por la sencilla razón de que no hay "agujeros", sino sólo problemas de liquidez. No hay duda, sin embargo, de que "el caso CCM" es también político por la sencilla razón de que lo es quien hasta ayer era su presidente, Juan Pedro Hernández Moltó, quien accedió a la presidencia de la caja tras un cambio en la ley que supuso el control a los socialistas.
Caja Castilla-La Mancha, cabe recordar, se originó en 1992 como fruto de la fusión de cuatro cajas manchegas... A esta caja se la define como "una caja pequeña. Con ambición, y con más de un millón de clientes", con una corporación industrial que ha invertido 600 millones y que, sin embargo, estaba sopesando presentar unas cuentas de 2008 con pérdidas...
Ahora, el Gobierno garantiza todos los depósitos de la caja con ese aval de hasta nueve mil millones. ¿Hay otras candidatas a verse en apuros de esta naturaleza? Dicen los analistas y expertos que la intervención de la caja manchega pone en evidencia muchas de las suspicacias y de los temores que amenazan la estabilidad de todo el sistema y asegura Cristóbal Montoro que ésta podría ser la primera de algunas otras entidades igualmente expuestas a los rigores de la crisis financiera-inmobiliaria por la que atraviesan. La manchega secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, culpa al Gobierno de querer ocultar la crisis con la fusión con Unicaja.
Una cosa es clara: el dinero de los impositores está más garantizado que nunca. Pero aún queda mucho por saber sobre esta Caja que abre "la caja de los truenos" de las dificultades bancarias...