MADRID 28 Abr. (OTR/PRESS) -
Posiblemente haya otros personajes del momento, pero estos tres resultan especialmente atractivos y causa de discrepancia y debate, por razones bien distintas.
Julio segura es el nuevo presidente de la CNMV, y su designación por el gobierno ha sido recibido "con uñas" desde el partido popular, que no ha dudado en presagiar que su gestión resultará "letal" para el organismo regulador de los mercados del que se hace cargo. Al PP tampoco le gustó, en su día, la designación de Conthe, pero su "espantada" y dimisión con acusaciones de grueso calibre sobre presiones políticas no han lecho merecedor de grandes elogios en el seno del PP. A Julio segura le sucede lo mismo que le pasó a Fernández Ordóñez y a Fernández Bermejo, otra dos de las más recientes designaciones del gobierno. Tampoco le han gustado, ni mucho menos, al PP... El pasado comunista de Segura, y su paso por el Banco de España y por la propia CNMV, entre muchas otras responsabilidades anteriores de este catedrático de larga trayectoria, dan argumentos y sospechas al partido de la oposición.
Rajoy es también, probablemente lo es a diario, personaje de gran interés, por distintas razones. Ahora ha decidido revelar lo que hace unos cuantos días se negó a hacer en TVE, revelar su sueldo. Ha revelado que gana 8.000 euros al mes, 22.697 más que Zapatero al año. Dice que en el programa televisivo no respondió porque se quedó cortado cuando le hacía la pregunta una señora que "disfruta" de una pensión de 300. La señora en cuestión seguirá percibiendo esos 300 euros pero Rajoy ha recobrado la memoria, después de habernos relatado que mira con detalle cada fin de mes sus propias cuentas bancarias porque tiene mucha necesidad de ese dinero que percibe como diputado y como presidente del PP. Rajoy, coincidió con su compañera de accidente aéreo, Esperanza Aguirre, de que tiene dificultades para llegar a fin de mes con esos ocho mil y poco euros mensuales. Mala señal para sus administrados... Rajoy tiene otras razones para reclamar atenciones. Nos cuenta La Vanguardia que Rajoy se abre a cualquier pacto futuro para romper el aislamiento del PP, dispuesto a hablar con todos, tras las generales, para gobernar. Y, además, que se compromete a rebajar diez puntos el impuesto de sociedades.
Leo en otro diario que Rajoy reforzará la campaña del PP con nuevas visitas a capitales de provincia y que expondrá por toda España su confianza en el futuro y en el tercer personaje del momento, Pascual Maragall, ex molt honorable. Reaparece en escena cuando las encuestas señalan que su sucesor Montilla se afianza en su sillón, y cuando aún no se disuelve el temor de que el Tribunal Constitucional pudiera dar algún corte al Estatut ya vigente y en desarrollo en Cataluña. Así las cosas, Maragall regresa con lo que pudiéramos calificar de malos recuerdos y acaso un cierto afán de venganza. Después de proclamar que para ese producto final, el Estatuto, no hacía falta tanto esfuerzo, que no valía la pena, nos dice ahora que se siente traicionado por Zapatero. Esta vez, Maragall no ha contado con el apoyo de los suyos, que preferirían verlo callado, pero ha podido disfrutar de los elogios de Rajoy, "por su honradez al renegar el Estatuto". O sea, "los enemigos de mi enemigo son amigos míos"...
José Cavero.