Actualizado 08/09/2010 14:01

José Cavero.- Tras la tregua, presencia electoral.

MADRID 8 Sep. (OTR/PRESS) -

A todos parece evidente, la tregua etarra no busca otra cosa que facilitar la estrategia de que los abertzales, entre ellos los batasunos, tengan acceso a las listas electorales. Asegura hoy el diario ABC que Batasuna ya prepara un nuevo partido para estar presente en las municipales. Según El País, Batasuna ya busca respaldo internacional. En La Gaceta se cuenta que ETA y Batasuna pactaron el comunicado de alto el fuego para evitar una escisión y que Batasuna, EA y Aralar concurrirán juntos a las elecciones de 2011 como Euskal Herria Bai, y que las tres formaciones plantean presentarse a las urnas con listas repartidas proporcionalmente. Se cumpliría de ese modo el gran propósito de la tregua etarra, que no es otro que allanar el camino para un aterrizaje electoral de su brazo político, de la manera más disimulada o acompañada posible. Los batasunos buscan evitar su probable ilegalización como parte de un todo llamado ETA...

En efecto, parece que la izquierda abertzale está tanteando a "agentes internacionales" para que participen en una comisión de verificación del cese de las armas de ETA. De este modo, pretende facilitar el siguiente paso que le reclamó a la banda terrorista, la declaración de una tregua permanente y verificable. La izquierda radical, aunque el domingo se felicitó del comunicado etarra, en el que anunciaba el cese de las armas sin más alcance y compromiso, considera que la banda debe dar un paso más para que ese primero tenga un mínimo de credibilidad en la sociedad. Según la versión que relata El País, con la colaboración de los agentes internacionales, la izquierda abertzale busca forzar en el proceso una cierta reválida exterior, como pretendió el domingo con la difusión del comunicado a través de la BBC. La izquierda abertzale ya hizo pública la reclamación de la tregua permanente y verificable primero, a través de cuatro premios Nóbel de la Paz (Desmond Tutu, William de Klerk, John Hume y Mary Robinson) y la Fundación Nelson Mandela en marzo de este año y, por segunda vez, la pasada semana. La fórmula es la misma que utilizó el IRA en la tregua que dio paso al proceso de paz en Irlanda del Norte y que implicó el final del terrorismo en la isla.

El asesor de la izquierda abertzale, el sudafricano Brian Currin, experto en los procesos de paz de Sudáfrica e Irlanda -en los que participó como presidente de la comisión de excarcelaciones-, e impulsor del comunicado de marzo de los cuatro premios Nóbel de la Paz, es el encargado de buscar a los agentes internacionales para la comisión de verificación del alto el fuego de ETA. Y lo está haciendo entre personalidades relevantes que participaron en los procesos de paz irlandés y sudafricano, saldados con éxito.

Con esta comisión internacional de verificación la izquierda radical pretende que este alto el fuego tenga un plus superior al de la tregua de 2006, para darle, de ese modo, credibilidad al parón de ETA. Asimismo, le otorgaría al nuevo proceso un carácter de irreversibilidad, que es lo que pretende la izquierda abertzale y al que el domingo se refirieron sus portavoces Tasio Erkizia, Txelui Moreno y Marina Pueyo. Medios próximos a la izquierda radical confían en que ETA dé ese nuevo paso, pero no será a corto plazo. El periodo estimado es para antes de fin de año. Antes de ese comunicado, ETA emitirá otro el 27 de septiembre, con motivo de la jornada del Gudari Eguna (Día del Soldado Vasco), que no aportará nada a este proceso. Tendrá un carácter ritual, de homenaje a los miembros de la banda muertos. ETA, debido a sus problemas internos y al acoso policial, se toma mucho tiempo antes de tomar decisiones. En abril se comprometió a emitir un comunicado de respuesta al de los cuatro premios Nóbel sudafricanos e irlandeses y ha tardado cinco meses en hacerlo y, además, por debajo del listón que la izquierda abertzale le reclamaba.

En este sentido, resulta revelador el editorial de Gara, próximo a las tesis de la izquierda radical: "La clave sería entender que se ha producido un paso, justo cuando comienza el curso político, y que, más pronto que tarde, todo aquel que quiera que el cambio político se materialice, incluida la propia ETA, deberá propiciar nuevos movimientos, hasta arrastrar también a quienes puedan pretender que el reloj se pare". Los abertzales tienen previsto aprovechar estos meses, de aquí a fin de año, para lanzar una campaña de presencia política, prevista antes de que ETA emitiera su comunicado, pero facilitada, ahora, por el alto el fuego de ETA. El siguiente paso de la izquierda radical es la presentación del documento suscrito con Eusko Alkartasuna con la reclamación del alto el fuego a ETA permanente y verificable, así como la aplicación de los principios Mitchell. Esto es, el desarme de las organizaciones armadas y la reparación de todas las víctimas de la violencia así como el compromiso de reconciliación. El documento plantea, también, reclamaciones dirigidas al Gobierno, como la desaparición de la ley de partidos, la excarcelación de los presos de ETA gravemente enfermos y el final de la dispersión. El calendario político de la izquierda abertzale culminará para antes de fin de año, con la presentación de la marca de un nuevo partido con el que poder concurrir a las elecciones municipales y forales de mayo de 2011. Su pretensión es que esta campaña, políticamente más ambiciosa, pueda desarrollarse al hilo de una tregua de ETA más comprometida.

Por su parte, el Gobierno ha enviado el mensaje a la izquierda abertzale de que ya no le sirven las llamadas y mensajes que ésta suele transmitirle arrogándose la capacidad de provocar movimientos en ETA y solicitando a cambio un mayor margen de maniobra o algún nuevo paso por parte del Ejecutivo. Esta actitud ha sido adoptada, dicen las fuentes consultadas, por el contenido del comunicado difundido por la banda y porque el modo como éste se gestó demostraría que la izquierda abertzale tiene un limitado conocimiento de las iniciativas de ETA. Como ha dicho Rubalcaba, "no se fía un pelo". Casi nadie lo hace...

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