Actualizado 02/01/2011 13:00

José Luis Gómez.- A vueltas con España.- La marcha de Cascos.

MADRID 2 Ene. (OTR/PRESS) -

El ex secretario general del Partido Popular Francisco Álvarez Cascos se ha ido del PP, una vez descartado por Mariano Rajoy como candidato en el Principado de Asturias. Dice que se va por razones de dignidad personal, al sentirse insultado por militantes de su propio partido. En realidad, su marcha es la respuesta contundente a la decisión de Rajoy de designar como candidata a la presidencia del Principado a Isabel Pérez-Espinosa, la concejala del Ayuntamiento de Oviedo propuesta por la dirección regional de los populares asturianos. "Dejo el Partido Popular después de 34 años de militancia ininterrumpida, por razones de dignidad personal", escribe Cascos en su carta a Rajoy. a quien le comenta la "degradación" que vive el PP en Asturias y le recuerda los insultos de los que fue objeto entre los meses de julio y octubre de 2010, al ser calificado de "sexagenario" e incluso "terrorista callejero".

Paco Cascos habló en verano con su viejo amigo y compañero Mariano de sus aspiraciones. Tenía, sin duda, un acceso al presidente del PP del que carecía la joven abogada ovetense Isabel Pérez-Espinosa, la candidata propuesta por el alcalde de Oviedo, Gabino de Lorenzo, viejo rival de Cascos dentro del PP asturiano. Pero Pérez-Espinosa tenía un respaldo del partido en Asturias del que Cascos carecía, a pesar de que éste contaba con apoyos importantes fuera del Principado --Aznar, Feijóo, Esperanza Aguirre...-- y también entre un grupo de alcaldes asturianos.

Mariano no le dijo a Cascos ni que sí ni que no al cien por ciento, pero le dejó moverse en busca de apoyos a su candidatura, lo cual fue interpretado por los seguidores del ex vicepresidente como un visto bueno a su proclamación. En otras palabras, si Cascos le hubiera hecho el trabajo, Mariano tan contento. En esa conversación, Cascos también le hizo ver a Rajoy que su previsible victoria en Asturias, donde gobierna el PSOE, favorecería la carrera hacia la Moncloa. Y seguramente llevaba razón, pero se nota que el asturiano creía conocer mejor a Mariano de lo que en realidad le conoce. A Rajoy le gusta dormir los problemas a la espera de que se arreglen solos y en este caso no fue así. Cascos, que es muy temperamental, estalló. Ahora habrá que ir viendo las consecuencias de este terremoto en el PP, donde el ex vicepresidente no era precisamente uno más, sino un referente político importante, a pesar de su aparente retirada de la política. Por suerte para Rajoy, esta nueva crisis interna le coge con una situación favorable para ganar el año que viene.

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