MADRID 2 Feb. (OTR/PRESS) -
Mariano Rajoy, además de utilizar un vocabulario poco rico, aunque tal vez 'popular', apenas concreta sus felices augurios para la crítica situación económica que vive el país desde hace cinco años.
La cosa. Así es como le llama ahora a la crisis económica del país que preside. A lomos de la herencia recibida, lo cual no deja de ser discutible, ya que también cabe hablar del fracaso de la política de este Gobierno, Rajoy parece satisfecho: "Hemos dado la vuelta a la cosa". Pero tal vez mucha gente en España no piense lo mismo.
¿Hay realmente novedades económicas en la Convención del PP? Si las hay, admiten concreción. Empezando por la más importante: los impuestos. Parece ser que la bajada llegará "a partir de 2015", que no es lo mismo que decir en 2015, y que "habrá bajadas sucesivas de impuestos", que no es lo mismo que decir que bajará el IRPF, pongamos por caso. Y también parece ser -dice el presidente- que esas bajadas se prolongarán a lo largo de varios años, no se sabe cuántos.
¿Por qué es tan cauteloso y ambiguo Rajoy? ¿Por qué quiere y no puede? En primer lugar, porque es consciente de que incumplió su palabra y su programa electoral, cuando prometió bajar los impuestos, y no quiere volver a tropezar en la misma piedra. Y en segundo lugar, porque sabe que su discurso se escucha con atención en Bruselas y Berlín, donde no quieren oír hablar de que bajará la recaudación en España.
¿Pueden bajar los impuestos sin que baje la recaudación? Sí, siempre que haya crecimiento económico y se combata -de verdad- el fraude fiscal. El crecimiento, en el mejor de los casos, será moderado, por lo que no cabe imaginar mucho margen en ese sentido, al menos a corto plazo. El propio ministro de Economía, Luis de Guindos, habla de un aumento del PIB del 1% en un escenario optimista. Por su parte, el fraude fiscal, lejos de reducirse, está aumentando, según constatan los propios inspectores de Hacienda. España es hoy uno de los países desarrollados con más economía sumergida, camino de parecerse más a Italia -el país de la Mafia- que a Francia o Alemania.