Julia Navarro.- Escaño Cero.- Cosas de amigos

MADRID 7 Nov. (OTR/PRESS) -

En el PSOE el "fuego amigo" está haciendo estragos, pero en el PP sucede otro tanto de lo mismo. Y es que hay amigos que, pretendiendo ayudar, lo que hacen es echar la mano al cuello. Escribo esto porque estos últimos días, desde que se hizo pública la sentencia contra los acusados del atentado del 11-M, medios afines al PP no cejan de cuestionar la sentencia y lo hacen de tal manera que arrastran a los propios dirigentes populares en su empeño. Bien es verdad que a algunos no hace falta que se les insista mucho porque continúan instalados en la teoría de la conspiración. El caso es que los populares, que días antes de la sentencia parecían querer desmarcarse precisamente de la dichosa teoría de la conspiración y con rostro impasible declaraban que ellos nada tenían que ver con ella, de nuevo vuelven a las primeras páginas de los periódicos asegurando que la sentencia deja cabos sueltos, que si el hecho de que el Egipcio no haya sido condenada es señal inequívoca de que no está claro quiénes fueron los autores intelectuales de la matanza, etc, etc, etc.

Así que mientras la guerra mediática continúa entre grupos a los que se supone cercanos al gobierno, provocando la sonrisa de algunos y el estupor de otros, en el PP también tiene su propia versión del "fuego amigo" con esos amigos mediáticos empeñados en fijarles la agenda y marcando el camino de lo que tienen que decir y cómo y con qué deben de hacer oposición en Génova 13. Supongo que Mariano Rajoy debe de tener algún consejero que le diga que efectivamente es un error que el PP continúe instalado en el 11-M, y que la sociedad española no les va ni a seguir ni a entender. El problema de Rajoy es que no termina de encontrar el hilo conductor con el que hacer una oposición eficaz, y eso que el gobierno da motivos diarios para criticarle. Si el PP persiste en el error de perderse en los dimes y diretes en torno al 11-M, sin duda se encontrará con el hastío y la espalda de los ciudadanos.

En cuanto al "fuego amigo" en el PSOE, la verdad es que es difícil calibrar si puede o no dañar a este partido en las urnas. Eso sí, me parece que Juan Luis Cebrián estuvo más que acertado cuando le dijo al Presidente que desde el PSOE deberían de dejar de machacar el castellano. Zapatero le respondió con una cursilada, que prefiere el juego de palabras a hacer daño con las mismas. Sin comentarios.

Julia Navarro.