Actualizado 05/03/2009 01:00

Julia Navarro.- Escaño Cero: Euskadi bien vale una misa.

MADRID, 5 Mar. (OTR/PRESS) -

No debe de ser fácil perder el poder, pero de ahí a la reacción que están teniendo los dirigentes del PNV por la posibilidad de dejar de gobernar el País Vasco hay un gran trecho. No hay democracia sin alternancia, pero yo diría que hasta por higiene democrática es necesaria la alternancia en el poder, y esa es una posibilidad que han votado los ciudadanos vascos.

El PNV lleva más de dos décadas gobernando el País Vasco y parece que han llegado a confundir lo que significa gobernar porque así lo han decidido los ciudadanos con un supuesto derecho a gobernar simplemente porque son nacionalistas vascos. Poner en duda la legitimidad de un gobierno donde no haya nacionalistas, que es el que puede hacer Patxi López, es tanto como si quienes no son nacionalistas hubiesen cuestionado la legitimidad de los gobiernos nacionalistas de los últimos veinte años.

Menos mal que Patxi López ha puesto las cosas en su sitio dejando claro que el País Vasco no pertenece al PNV por más que éste crea ser algo más que un partido político. En cuanto a las amenazas de los dirigentes peneuvistas a Zapatero anunciándole que dejarán de apoyarle en Madrid, me parece a mí que no deberían de tener respuesta.

Evidentemente la legislatura se le va a complicar al presidente Zapatero al perder el apoyo del PNV en Madrid porque el resto de posibles socios, salvo en el caso de CIU, son ciertamente complicados. De manera que desde el Gobierno se intentará seducir a CiU prometiéndoles de todo con tal de conseguir ir salvando la legislatura. Si CiU se deja convencer, naturalmente a cambio de algo, y por más que le pudiera pesar a José Montilla, Zapatero conseguiría esa estabilidad parlamentaria que le permitiría agotar la legislatura. Pero si CiU no escucha los cantos de sirena del presidente es evidente que la legislatura se convertirá en una carrera de obstáculos difíciles de superar y no es difícil prever que Zapatero difícilmente podría aguantar más allá de la presidencia española de la UE.

Pero en política siempre está todo abierto y habrá que ir viendo lo que sucede en los próximos días y sobre todo si Artur Mas se va a dejar seducir por Zapatero como lo hizo en el pasado o si por el contrario no se fía del presidente y prefiere quedarse como está. Sobre todo porque la gestión del Gobierno tripartito en Cataluña no está logrando satisfacer a los ciudadanos, al menos eso indican las encuestas, como también indican que en caso de elecciones en esta Comunidad, CiU podría ganar por mayoría. Como las elecciones son apenas dentro de año y medio, CiU sólo tiene que esperar a que la fruta caiga del árbol.

En todo caso, lo que Zapatero y el PSOE no se pueden permitir es no intentar gobernar en el País Vasco y mucho menos gobernar con el PNV. El cambio en el País Vasco es anhelado no sólo por muchos ciudadanos vascos, que así lo han dejado dicho en las urnas, sino por la mayoría de los ciudadanos del resto de España que, independientemente de su ideología, quieren ver a Patxi López convertido en lehendakari.

París bien vale una misa y, en este caso, el País Vasco bien vale las dificultades parlamentarias que va a tener que afrontar Zapatero, incluida la posibilidad de elecciones anticipadas. ¿O no?