MADRID 7 Jul. (OTR/PRESS) -
El presidente está eufórico y convencido de que las próximas elecciones las ganará por mayoría absoluta. Esto es al menos lo que cuentan en su entorno. Y para ese camino hacia las elecciones generales y su soñado triunfo absoluto, Zapatero ha querido dar un golpe de efecto y sorprender al personal con una remodelación en su Gobierno. De manera que dos días después del Debate sobre el estado de la Nación, y crecido como está, nuestro presidente ha decidido despedir a Jordi Sevilla como ministro de Administracciones Públicas y sustituirle por Elena Salgado, que dicen que es su ojito derecho, y como no da puntada sin hilo, pues ha enviado un mensaje claro a la Iglesia Católica colocando al científico Bernat Soria como ministro de Sanidad.
Es para que no quepan dudas de quién manda aquí. Y que conste que a mí el de Bernat Soria me parece, en principio, un buen nombramiento, aunque una cosa es ser un genio en el laboratorio y otra muy distinta ser ministro y gestionar la cosa pública. Pero en su nombramiento lo que veo es que a Zapatero le encanta poner de los nervios a la Iglesia, y lo cierto es que lo consigue, porque Bernat Soria es un personaje denostado por la Iglesia a cuenta de sus investigaciones con células madres.
En cuanto a Carmen Chacón, pues que quieren que les diga, era previsible que está mujer llegara al Gobierno más pronto que tarde. En primer lugar porque le acompañó en la aventura de su asalto a la secretaria general del PSOE, después porque le es leal hasta la obcecación, y en tercer lugar porque pertenece al "clan" de los nuevos amigos de Zapatero, ya saben los que ahora mueven los hilos de los medios de comunicación en España, y hacen y deshacen a su antojo,(están haciendo el agosto).
En cuanto a Cesar Antonio de Molina, pues que quieren que les diga, más que es un excelente nombramiento. Y es que el nuevo ministro de Cultura es un hombre culto, lo que no es un asunto menor cuando se trata de gestionar las cosas de la cultura. Además ha hecho una buenísima gestión al frente del Instituto Cervantes, y desde luego es una persona respetada en los ámbitos culturales. La pregunta es si ésta remodelación de su Gobierno le va a ayudar a llegar con más oxigeno al final de la legislatura. Naturalmente la respuesta de los "monclovitas" es que si.
Dicen quienes conocen a Zapatero, que éste está saboreando los resultados del Debate sobre el estado de la Nación, que cree que a Mariano Rajoy le quedan pocos "telediarios". Zapatero está imbuido de una nueva fuerza, y de la convicción de que haga lo que haga los españoles le prefieren a cualquier otro. Los dioses suelen cegar a los hombres que quieren perder, pero no sabremos si eso es lo que están haciendo con Zapatero hasta las próximas elecciones.
Julia Navarro