MADRID 7 Feb. (OTR/PRESS) -
No se tendría que haber llegado hasta aquí, me refiero a que hace tiempo que el magistrado del Tribual Constitucional Pérez Tremps debería de de haber decidido él solo, sin que nadie se lo pidiera, que iba a abstenerse de participar en las deliberaciones que el Alto Tribunal lleve a cabo para decidir sobre la constitucionalidad o no del recién aprobado Estatuto de Autonomía.
Ya se sabe, la mujer del César no solo debe de ser honrada sino parecerlo, y en el caso de los jueces no sólo es necesario que sean imparciales sino que lo parezcan. La cuestión es que éste magistrado cuando ejercía como catedrático de Derecho Constitucional elaboró un informe para la Generalitat y eso, a juicio del PP y de algunos otros sectores de la opinión pública, echa una sombra sobre su imparcialidad a la hora de tener que decidir si el nuevo Estatuto es o no constitucional.
Lo peor es que si los ciudadanos vienen manifestando en las encuestas su poca fe en la justicia, a la que ven demasiado politizada, lo cual dicho sea de paso es verdad, ahora puede que refrenden esta opinión si como parece el magistrado Pérez Tremps deja su puesto en el Constitucional para facilitar que le sustituya otro magistrado que si pueda informar favorablemente sobre la constitucionalidad del Estatuto catalán. Porque el magistrado Pérez Tremps fue propuesto por la Comunidad Autónoma catalana, y por tanto sería esta Comunidad quién tendría que designar a su sucesor.
A mi me parece que quienes piden que el magistrado Pérez Tremps 'renuncie' o le hagan renunciar a su puesto para dejar su puesto a otro, están haciendo un flaco favor a la Justicia y sobre todo a la credibilidad de los ciudadanos en la Justicia, porque lo que están pidiendo es que el Estatuto catalán no pierde un voto favorable en el Constitucional, o sea están dejando en evidencia que los votos serán más políticos que jurídicos.
Ya digo que no basta con ser imparcial, que también hay que parecerlo, y con este lío el Tribunal Constitucional puede quedar en entredicho. En mi opinión el magistrado Pérez Tremps debería de continuar en el Tribunal Constitucional y tal como se ha decidido no participar en las deliberaciones sobre el Estatuto catalán, pero no participar en esas deliberaciones no le invalida que lo pueda hacer en tantos y tantos recursos que hay presentados ante el Constitucional. En democracia las formas son importantes, por tanto el Tribunal Constitucional debe de evitar que los ciudadanos lo vean como un simple tribunal político.
Julia Navarro