MADRID 9 Nov. (OTR/PRESS) -
Resulta desolador que los partidos políticos crean que en campaña electoral todo vale, incluido lanzarse la sentencia del 11-M a la cabeza. Contaban desde el PP que Mariano Rajoy había indicado a los suyos que era hora de dejar de hablar del 11-M, y de hecho días antes de la sentencia, algunos dirigentes populares empezaban a desligarse de toda la política hecha por ellos mismos al respecto.
Desde filas del PSOE el ministro del Interior Pérez Rubalcaba pedía en su comparencia parlamentaria que todos los partidlos dejaran ya el 11-M aparcado, y no fuera objeto de disputa política. Pero no se sabe si quienes hacen estas proclamas van por libre o simplemente hacen un brindis al sol, porque al final lo que les pide el cuerpo es tirarse a la yugular del adversario con lo que más a mano tengan, en este caso con la sentencia del 11-M.
Unos por otros el caso es que socialistas y populares buscan la ocasión para el enfrentamiento a cara de perro, y el último en irrumpir en escena, José Mª Aznar, ha contribuido a ello. Aznar aún no se ha recuperado de la pérdida de las elecciones generales hace cuatro años y por tanto sigue reiterando afirmaciones tan tremendas como que el objetivo de aquel atentado era cambiar el curso político de España. Desde el PSOE inmediatamente se ha respondido exhibiendo el sinfín de declaraciones de dirigentes del PP sobre aquel 11 de marzo, sobre todo en las que afirmaban que el atentado era obra de ETA. A su vez el PP ha respondido con las "25 mentiras" de Zapatero sobre ETA y la negociación, y el PSOE a su vez vuelve a responder, y así sucesivamente.
Naturalmente de los medios periodísticos afines a unos y a otros se dedican a jalear los argumentarios de socialistas contra el PP y del PP contra el PSOE, produciendo un cansancio profundo en la ciudadanía. Resulta increíble que ni siquiera en un asunto como éste ambos partidos sean capaces de mostrar una cierta prudencia, un cierto pundonor ante las víctimas y sus familiares, que bastante han sufrido, para que se siga dando ante ellos éste espectáculo. Aznar ha irrumpido como un elefante en cacharrería y ha destapado la caja de los truenos, y ha obtenido una respuesta ajustada a su estruendo. Esto es verdad, pero también que así no vamos a ninguna parte. ¡Que hastío¡
Julia Navarro