MADRID 28 Mar. (OTR/PRESS) -
Los autónomos tienen razón: están desprotegidos. Lo sorprendente es que ningún gobierno haya tenido en cuenta que los trabajadores autónomos son una parte importante del tejido económico de nuestro país. Generan riqueza y empleo, pero cuando hay crisis son los primeros que sufren sus consecuencias. Es verdad que Jordi Sevilla, como ministro de Administraciones Públicas, empezó a tener en cuenta a los autónomos, pero no lo suficiente.
Autónomos hay en casi todas las profesiones, puede ser un fontanero, un periodista, un taxista, un dentista, etc, y sus ganancias dependen de los demás. Si el autónomo no trabaja no cobra, así de simple, pero eso sí, continúa obligado a pagar impuestos y, sobre todo, tiene que adelantar a Hacienda el pago del IVA de facturas que ni siquiera ha cobrado. Tampoco pueden cobrar el paro en caso de no tener trabajo. En realidad, su situación es más angustiosa que la de cualquiera que tenga un trabajo dependiente de una empresa, porque al menos en este caso el despedido puede cobrar el seguro de desempleo.
También piden poder beneficiarse de la ley que da beneficios fiscales y ayudas a quienes creen un empleo y ellos proponen hacerse con esas ayudas con la contratación de un familiar, algo que no contempla la ley. Lo cierto es que los autónomos han generado riqueza para nuestro país en los últimos años gracias a su iniciativa y corriendo naturalmente riesgos porque su empresa son ellos mismos y su trabajo.
La desesperación les ha llevado hasta el Congreso en un intento de que el Gobierno les tome en cuenta y haga suyas algunas de sus reivindicaciones. Desde el Gobierno dicen que han tomado buena nota. Verlo para creerlo.