Actualizado 18/06/2007 02:00

Lorenzo Bernaldo de Quirós.- El Gran Hermano

MADRID 18 Jun. (OTR/PRESS) -

Al gobierno socialista es preciso reconocerle una cosa: su capacidad de superarse a sí mismo, de sorprendernos con algo nuevo e inesperado que nos hace vislumbrar que todo es posible. Ahora, la opinión pública española ha podido saber que el Centro Nacional de Inteligencia ha dedicado denodados esfuerzos a espiar a un ciudadano normal, cumplidor de la ley, pagador de sus impuestos etc. llamado Manuel Pizarro. Durante meses, los 007 del Estado empleaban el dinero de los españoles y el poder del Estado contra un individuo con impecables credenciales en todos los sentidos y, por supuesto, sin autorización judicial. El Gobierno suelta a la calle a De Juana Chaos y espía a Pizarro. Hasta este extremo esperpéntico llega una conducta, impropia de un gabinete democrático, de un país civilizado y de un Estado de Derecho.

¿Por qué Pizarro? La respuesta es clara: porque era un obstáculo a los intentos del gobierno de hacerse con Endesa. Había que espiarle, me imagino, para ver si se encontraba algo turbio que destruyese la imagen del presidente de Endesa o que pudiese ser utilizado como chantaje para allanar su voluntad a las presiones del poder. Que en la España del siglo XXI pase esto es inaceptable, produce repugnancia y revela la verdadera catadura de este gobierno, un ente incapaz de detenerse ante nada para conseguir sus objetivos. Realmente, esta gente es muy peligrosa y no es digna de regir un país como el nuestro. Se imaginan lo que hubiesen dicho el PSOE y sus voceros si hubiese sido el PP el responsable de esta inmoral chapuza.

¿Cuántos "pizarros" hay en España? ¿Cuántos adversarios reales o potenciales del gabinete socialista están siendo vigilados por la CNI? ¿Hasta dónde están dispuestos estos gobernantes a llegar? Como español me siento avergonzado de esta mascarada orwelliana, de esta versión ibérica de "La vida de los otros", la espeluznante película sobre como la Stasi espiaba a los ciudadanos de la extinta República Democrática Alemana. Quizá este país ha perdido la sensibilidad, quizá se intente convertir esta flagrante violación de los derechos individuales en un error. Da igual. Cuando este tipo de situaciones se permiten y no se depuran, la democracia pierde todo su significado.

Lorenzo Bernaldo de Quirós

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