MADRID 11 Nov. (OTR/PRESS) -
De acuerdo con las previsiones de la UE, España crecerá menos que el resto de Europa en 2009 después de rebajar al 3 por 100 el incremento del PIB para 2008. Esto significa para los ciudadanos de a pié una cosa de la mayor importancia: el acercamiento del nivel de vida español al disfrutado por el resto de los países del 'club' europeo se estanca. De hecho ya ha sucedido esto en los últimos dos años. Hemos crecido más que el conjunto de la UE pero lo hemos hecho no con aumentos de la productividad, sino con más fuerza laboral (inmigrantes). El resultado es que la tarta producida ha sido mayor pero como se ha repartido entre más gente, el PIB per cápita no ha subido.
Esto se veía venir. En cuatro años, los socialistas no han hecho ni una sola reforma que permita elevar el potencial de crecimiento de la economía española y que la haga más fácil ajustarse a un cambio de la situación cuando éste se produjese. De ese modo se ha perdido un tiempo precioso. El PSOE ha vivido de las rentas y las liberalizaciones y las reformas introducidas por el PP entre 1997 y 2004 ya están agotadas. El problema es que esa situación se produce en un momento en el que el escenario económico nacional y global comienzan a empeorar. Ahora sí necesitábamos una economía flexible.
España necesita recuperar el impulso reformista y liberalizador que hizo posible el ciclo expansivo más largo de su historia económica reciente. No necesitamos más gasto social, más estrategias redistributivas, sino impuestos más bajos y mercados más libres que incentiven la creación de riqueza y bienestar para todos. Esto es incompatible con la estrategia elegida por el PSOE. Su política pasada pecó de inexistente y la futura, la incluida en su programa, es inadecuada para los desafíos a los que se enfrenta y se va a enfrentar la economía española.
Lorenzo Bernaldo de Quirós