Luis Del Val.- Irán... ¿y cuándo volverán?

MADRID 27 Feb. (OTR/PRESS) -

La diferencia entre unas armas de destrucción masiva imaginadas y 30.000 centrifugadores efectivos es la misma que existe entre un aperitivo a base de una cerveza con platillo de patatas fritas y una contundente fabada asturiana. Estamos hablando de energía nuclear, con fines pacíficos, claro, todo el mundo que tiene armas nucleares ha comenzado por investigar con fines pacíficos, faltaría más. Si Ahmadineyad dijera "seguimos adelante con nuestro programa nuclear para tener armas que borren de la Tierra a todos los perros cristianos", sería un imbécil, y duraría en la presidencia de Irán lo mismo que un teléfono móvil gratis a la puerta de un colegio.

Una exquisita periodista europea ha escrito, con seráfica bondad, que a ella no le quita el sueño que Irán tenga armas nucleares, que lo que le quita el sueño es que las tenga Bush. La exquisita periodista ha llegado a serlo, y a publicar libremente su opinión, porque no vive en Irán, sino en una Europa que le debe a Estados Unidos haber recuperado la libertad. Pero dejemos de hablar de estulticias que la mies es mucha.

De no existir el antecedente de Irak, y la constatación de que una cosa es ir y, otra, volver, el ataque selectivo a las instalaciones nucleares de Irán sería cuestión de días. Y, además, con el entusiasmo de Francia, y de la mayoría de las potencias con armas nucleares, porque la técnica que poseen produce pingües beneficios en alquiler y ventas a terceros. No quieren competencia. Pero, además de las razones económicas, la sospecha de que extremistas chiíes y terroristas islámicos tengan acceso a armas nucleares es algo que quita el sueño a casi todo el mundo, menos a una periodista europea.

La partida que ayer comenzó en Londres va a ser larga, y todos ponen cara de póquer. Irán tiene derecho a crear su tecnología nuclear, pero no se somete a ningún control. Ojo: no juegan con garbanzos. Sobre la mesa hay algo más que dinero.

Luis Del Val.

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