MADRID 1 Jun. (OTR/PRESS) -
El ministerio de Justicia, en general, y la dirección de Asuntos Religiosos, en particular, ven crecer la hierba, y no se les escapan detalles que, en cambio, a los vulgares ciudadanos nos pasan inadvertidos. Por fin, la Iglesia de Jesucristo de los Últimos Días, cuyos componentes son conocidos popularmente como mormones, ha sido reconocida como religión de "notorio arraigo" en España, y por, tanto, podrá beneficiarse de los beneficios fiscales y las ayudas correspondientes. Oficialmente se ha anunciado que lo mismo ocurrirá, en breve, con el budismo, cuyo notorio arraigo no puede ocultarse por más tiempo.
Así, al pronto, parece que lo que abundan en España son los restaurantes chinos, pero es que los budistas son muy suyos, y sería impensable una manifestación de budistas coreando el eslogan 'ministros, cabrones, queremos subvenciones', porque eso más bien es cosa del sindicalismo, que es una religión muy diferente. El budista interioriza mucho, y dado que Buda ni es un profeta, ni un dios, ni un creador, ni un mesías, hay tres grandes ramas, eso sin exagerar, como son el Budismo del Sur o Theravada, el del Este o Mahayana, y el Tántrico o budismo del Norte, tendencias todas en las que los españoles deberíamos estar familiarizados, de no estar tan atentos a los resultados de la Liga y otros asuntos no menos superficiales.
Menos mal que ahí está el Ministerio de Justicia vigilante y perspicaz, sacudiendo nuestra desidia e ignorancia y reparando en lo que es de notorio arraigo y lo que no, así como repartiendo las ayudas a las religiones, sin reparar en gastos, mejor dicho reparando en esos gastos, pero dándose cuenta de que la Iglesia Católica no se lo puede llevar todo y dejar a los mormones y a los budistas a dos velas, dicho sea con perdón, porque ni los mormones, ni los budistas, consumen productos de la industria de la cerería. En fin, que la Justicia llega para todos, loado sea Jesucristo de los últimos días y Buda.
Luis del Val