MADRID 7 Abr. (OTR/PRESS) -
El comienzo de la publicación de los 50.000 folios del Gürtel que continuaban secretos constituye un golpe brutal para el Partido Popular, para Mariano Rajoy y para todos los dirigentes de esa formación. En el frontispicio del nuevo calvario se sitúa al ex tesorero nacional, Luis Bárcenas, sobre el que cae el rayo de las evidencias e incluso el añadido de datos que no habían trascendido hasta ahora y que lo colocan en un lugar prominente de la trama oceánica de corrupción masiva que afecta al PP. Es de auténtica risa recordar ahora cómo se negaba que las siglas L.B. de las agendas secretas de cobros se refiriesen a este señor. Como es de risa ver cómo en Valencia reanudan de pronto los derribos del barrio del Cabañal, como si doña Rita y don Francisco creyeran que con eso la gente se va a distraer de la trama. Por cierto, que en ese frontispicio otro asunto de gran calado son las presuntas evidencias sobre los valiosísimos regalos recibidos por todo el sector valenciano. No sé cómo se entenderá ahora el parcial sobreseimiento judicial de los trajes y el etcétera.
En el momento de escribir esta columna no tengo noticia de que Mariano Rajoy haya cesado de militancia al ex tesorero, o de que le haya pedido la renuncia al escaño del Senado y del despacho de la calle de Génova o la devolución de los honorarios pagados por el partido a su abogado, de que haya explicado las razones de ese trato de inmenso favor con el que ha distinguido a Bárcenas durante meses y meses. Tampoco tengo noticia de que Rajoy y los más altos dirigentes de su partido hayan pedido perdón a los españoles por tanto escándalo, tanto quebranto, tanta hipocresía y tanta desidia y silencio durante meses y meses, sobre todo por Gürtel, pero también por Matas y la trama Palma Arena, o por Fabra y los seis años de cachondeo transcurridos. Es abrumador y demoledor todo lo que vamos conociendo, incluyendo datos sobre Aguirre, García Escudero, Cascos o Arenas por sus relaciones con la trama. Y es demoledor para Mariano Rajoy, que todavía parece aspirar a ser candidato a las generales e incluso ganarlas.