MADRID 22 Oct. (OTR/PRESS) -
El españolito normal, que es la inmensa mayoría de los ciudadanos de nuestro país, así como el 95 por ciento, tiene que estar asombrado y avergonzado de lo que está viendo y oyendo, de una manera ya torrencial en estos últimos días. La impresión que sacarán millones de españoles es que la política, especialmente la municipal y también la autonómica, es un nido de ladrones y salteadores de caminos, una especia de planeta delictivo y mafioso que chupa la sangre del pueblo trabajador, especialmente de los millones de jóvenes y no tan jóvenes que se condenan de por vida con una hipoteca que sirve para enriquecer cada vez más a un sector reducido de aprovechados y mangantes. Más o menos esa es la impresión mayoritaria, sin ninguna duda a juzgar por lo que uno oye y lee. Lo cual es una desgracia añadida, porque no se corresponde con la realidad: el latrocinio urbanístico no puede predicarse de la totalidad ni de la mayoría de los políticos locales ni de los promotores y constructores, sino de una parte de ellos. Pensar lo contrario sería como para largarse de este país.
En cualquier caso, el problema es de una gravedad sin límites, que sólo ha hecho que empezar a entrar en la conciencia de los españoles y que tenía que haber entrado hace ya mucho tiempo, porque ahora se publica lo que parece que todo el mundo ya sabía. Todo el mundo sabe que es un partido el principal afectado, aunque se desgañitan por negarlo, pero también sabemos que afecta a los demás partidos en distintos niveles. Uno de esos partidos expulsa inmediatamente de su organización a los ediles o cargos implicados en los escándalos. Lo de la tolerancia cero tiene que ser igual para todos, ya que lo contrario es un sarcasmo y una risa. Ahora el PSOE va a proponer al PP un gran pacto para luchar contra la corrupción urbanística, por considerar acertadamente que los señalados por corrupción no pueden permanecer ni un minuto más en sus cargos. Se supone que el PP entrará en el pacto y además expulsará y pedirá cuentas a los numerosos implicados bajo sus siglas.
Pedro Calvo Hernando.