Actualizado 12/10/2011 14:00

Pedro Calvo Hernando.- Esto es sólo el comienzo.

MADRID 12 Oct. (OTR/PRESS) -

Observo un grado de indignación general bastante más bajo de lo que sería de esperar, a la vista de la degradación creciente de la sociedad española en muchos sectores que tendrían la obligación de ser ejemplares y de entregarse en cuerpo y alma a la solución de nuestros grandes problemas y al bienestar generalizado. Lejos de ello, algunos de tales sectores se van convirtiendo en objetos de observación para las fiscalías anticorrupción o está a punto de entrar en el punto de mira de los tribunales penales. Lo más reciente o lo más sangrante son los escándalos de las pensiones e indemnizaciones multimillonarias percibidas o por percibir por numerosos ex altos cargos de ciertas entidades de crédito, en el grupo de las más obligadas a guardar las normas de la honestidad e incluso de la bonhomía. Siempre es un escándalo intolerable ver esas cifras, pero mucho más ahora, cuando la mayoría de los españoles las están pasando moradas, cuando se acerca a cinco millones el número de parados, cuando la crisis azota a casi todos sin misericordia.

Por todo ello, me quedo perplejo al contemplar los tonos y los contenidos de la campaña electoral, porque no tienen casi nada que ver con la realidad de lo que pasa en España. Y siento vergüenza al ver cuáles son los problemas e inquietudes que preocupan a la generalidad de nuestros políticos, sobre todo del primer partido de la oposición, para ser justos. Lo mejor que se ha dicho estos días es eso de "un político, un sueldo", a lo que además habría que añadir: "un sueldo normal, como el de la media de los ciudadanos". No sé si la clase política, especialmente la de la derecha, se percata de que esta ola de protestas y manifestaciones que vivimos es solamente el comienzo de lo que nos espera, cuando se convierta en un movimiento imparable de indignados o como se les quiera llamar a los ciudadanos que no están dispuestos a seguir tolerando lo que pasa. La izquierda y la derecha civilizada tienen que reaccionar de verdad frente al actual estado de cosas. Antes de que todo se nos vaya de las manos y sea demasiado tarde.

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