Pedro Calvo Hernando.- Nunca más

MADRID 16 Dic. (OTR/PRESS) -

La Conferencia de Presidentes no es el foro adecuado para la confrontación con el Gobierno, pues para eso son más que suficientes el Parlamento, los medios de comunicación, las reuniones de partido. La Conferencia se inventó -y así estaba ya en los planes de Manuel Fraga, que es a quien se le ocurrió en primer lugar la idea- justamente como ámbito de diálogo constructivo entre el presidente del Gobierno y los presidentes de las Comunidades Autónomas. Como foro privilegiado para un intercambio de ideas, de pensamientos y de propuestas sobre los grandes temas en los que fuese muy aconsejable la aportación de lo mejor de cada casa para contribuir al bien de la casa de todos. Pero sin pensar en electoralismos (para eso hay canchas de sobra), ni en satisfacer ninguna sed de venganza o de ajuste de cuentas, por ejemplo, por pretendidas extralimitaciones en el tratamiento del caso Gürtel o de cualquier otro asunto, venga de donde venga.

Los plenos parlamentarios generales o sectoriales se convierten siempre en el lugar para el intento de descuartizamiento del Gobierno, sin más matices. Lo mismo las sesiones de control, que no son de control sino de bombardeo. Lo mismo el tratamiento que de los problemas se hace en televisiones como algunas autonómicas controladas por el Partido Popular. Y así hasta el infinito. Por todo ello, uno piensa ingenuamente que las Conferencias de Presidentes tendrían que ser un ágora de estudio, de debate serio, de apaciguamiento, de valioso fluir de ideas y propuestas entre personas civilizadas y de altura intelectual, política y personal, en un escenario tan adecuado para todo ello como es el Senado de la nación. Le digo esto al PP por las buenas, con humildad y con deseos redentoristas. Lo de este lunes ha sido infrapolítico y deleznable por el partido de Rajoy y hay que evitar que vuelva a suceder una sola vez más. Nos cuesta mucho dinero a los españoles sostener las instituciones como para que nos den este pago aberrante y se utilicen sólo como plataforma sectaria y partidista y no como instrumento de servicio a los intereses de la nación.