MADRID 7 Nov. (OTR/PRESS) -
No sabemos cuál es y cuál vaya a ser en adelante la actitud del PP en relación con la sentencia del 11-M y su lugar en el debate político preelectoral. Después de la metedura de pata de Mariano Rajoy al comentar la sentencia, una hora después de publicada, y de los comentarios de Zaplana y otros, parecía que deseaban enfriar la polémica, convencidos tal vez de que el tema les perjudicaba. Pero dan la impresión de que no habían pedido permiso a Aznar para el cambio de actitud y a continuación entran en una situación de indecisión que yo creo que les perjudica más todavía. Ante la incertidumbre, no han sabido si volver a las mentiras, o sacar punta a la crisis de las azafatas, o insistir en lo del AVE a Barcelona, o inventar fallos en la preparación del viaje de Sus Majestades a Ceuta y Melilla, o todo o nada al mismo tiempo. Todo el mundo se ha percatado de la indecisión y de la incertidumbre de la cúpula del PP, algo que la gente tolera mal y que da la pista de lo que harían si estuvieran en el Gobierno.
Al mismo tiempo se conocen algunas encuestas, singularmente la muy solvente del nuevo diario Público, que presentaba una, bajo el nombre de Publiscopio, de la que se desprende que la ventaja electoral del PSOE sobre el PP se acrecienta lentamente, pasando ya de tres puntos y con clara tendencia a ensanchar las distancias. La encuesta del diario dirigido por Nacho Escolar muestra, además, un abismo creciente entre la valoración y consideración pública de Zapatero con respecto a Rajoy, al que ni siquiera sus votantes parecen admirar. Un dato muy significativo del sondeo es que la crisis del AVE no sólo no ha perjudicado electoralmente a Zapatero, ni siquiera en Cataluña, sino que en Barcelona incluso crecen sus apoyos. Si bien se mira, es natural en un electorado maduro, que sabe distinguir entre la mala gestión y la mala suerte. Nadie sabe bien lo que va a pasar. Con el recurso del fiscal contra la absolución de El Egipcio puede venir la disolución del último clavo ardiendo con el que los ultras soñaban. ¿Cuál será la próxima ocurrencia de Aznar o de Rajoy?
Pedro Calvo Hernando.