MADRID 20 Abr. (OTR/PRESS) -
Esto de las turbulencias financieras y de los ataques de histeria de los mercados es algo que el pueblo llano no entiende, y por eso sospecha que un puñado de poderosos de la economía y las finanzas nos está tomando el pelo a los ciudadanos del mundo y nos están esquilmando sin que nadie nos defienda. Puede que ese pensamiento popular no responda con toda exactitud a la realidad de las cosas, pero a ver cómo nos explican que no hay en ello una gran dosis de verdad. Estos días lo sufrimos por enésima vez en los últimos tres años y de nuevo reina el caos en las mentes, y no lo digo sólo porque el PP aprovecha de nuevo la oportunidad para cargar contra el Gobierno sin señalar ningún fundamento creíble, sino que lo digo por si sirviera para algo y por si a alguien se le ocurriera organizar una cruzada contra tan injustísimo estado de cosas. O una serie de manifestaciones populares para exigir los cambios, en un país tan dado a manifestaciones a favor de tantas causas muchas veces fuera de lo que la gran mayoría piensa o desea.
En medio de todo este caos, asistimos a un fenómeno desconocido en cualquier país normal: un ex presidente del Gobierno acosando al actual poder pero también a su propio partido con esas ocurrencias inverosímiles contra la alianza anti Gadafi, que aprovecha, claro está, para intentar sacarse la espina o la espada de la guerra de Irak a costa de lo que sea, y que siembra dudas en torno a la solvencia de España y su economía, sea donde sea, a diestro y siniestro. Este hombre contribuye a las dudas de los mercados y de todo lo que se esconde bajo ese subterfugio, mina al Gobierno pero también a su propio partido y su presidente, es decir, presta un señalado servicio a todo lo malo y en contra de lo que cabría esperar de quien rigió los destinos de la patria durante unos cuantos años. Aquí hay un Gobierno que se desgañita por sacar a España del desastre en que la metieron los que ahora le echan sus exclusivas culpas y enfrente otro partido que no sabe si está con su ex o con su actual, pero sin dar palo al agua. ¿Hay quien lo entienda?