Actualizado 15/02/2007 01:00

Rafael Torres.- El cinismo de Rajoy

MADRID 15 Feb. (OTR/PRESS) -

Hasta para ser cínico se necesita algo de inteligencia, así es que una de dos, o Mariano Rajoy carece enteramente de ella, o, atesorando un poco, supone con ese poco que somos los españoles los rematadamente estúpidos: según él, las explicaciones sobre el envío de policías a Guantánamo por el gobierno de Aznar para interrogar a los allí secuestrados tiene que darlas el gobierno actual de Rodríguez Zapatero, concretamente los ministros de Exteriores, Defensa e Interior. A la vergüenza que nos salpica por la connivencia europea con la guerra sucia y delincuente del gobierno de EE.UU. contra el "terrorismo", permitiendo el trasiego por su espacio aéreo y sus aeropuertos de aviones de la CÍA cargados de seres humanos privados ilegalmente de libertad y conducidos a centros de tortura, se añade la que nos produce el líder de ese partido que en la oposición se conduce tan irresponsablemente como cuando tenía en sus manos las riendas del poder.

Para el partido de Aznar no existe el concepto de "error", ni el de "equivocación", ni en consecuencia, al parecer, el más elemental que les da sentido, el concepto del bien y del mal. Si en tono frívolo y chusco el conferenciante de Georgetown declaró hace unos días que si él creía que Irak estaba en posesión de armas de destrucción masiva era por la sencilla razón de que todo el mundo lo creía, atribuyendo así a todos sus compatriotas su ceguera o su mala intención, ayer su sucesor a dedo, su momentáneo sucesor, se descolgó con el ejercicio de cinismo ínfimo, ofensivo, de atribuir al gobierno que enmendó los errores del suyo sacándonos del infierno de Irak la responsabilidad de dar explicaciones sobre aquellos "errores" precisamente. Para rematar la faena, tampoco tuvo empacho en implicar al juez Garzón en la génesis de aquella comisión de polizontes españoles al centro de tortura de Guantánamo, cuando lo cierto es que el juez sólo se enteró de semejante hecho después.

Hasta para el cinismo se necesita alguna inteligencia. Para gobernar un país civilizado se necesita, además, decencia cívica y una capacidad moral acreditada para distinguir el bien y el mal.

Rafael Torres.

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