MADRID 17 May. (OTR/PRESS) -
Sería feliz si la Generalitat de Catalunya me encargara uno de esos informes de tema fascinante que, lamentablemente, sólo parece encargar a los amigos o a los que husmean en las proximidades de las arcas públicas con el fín de aligerarlas un poco. Para lo que suele ser el gasto de Ayuntamientos, Diputaciones y Comunidades, ese desconcertado aflojar la mosca para aquelarres taurinos, para auditorios vanguardistas en medio de la nada o para apasionantes carreras de balandros, para lo que suele ser la longanimidad de las Administraciones para lo pueril y lo fatuo, ésto de los informes "externos" que el gobierno catalán encarga alegre y compulsivamente, y que además paga a veces por adelantado, antes de que le escriban el informe ni nada, representa una contribución incluso barata al fomento del ingenio de la gente, y, desde luego, a su inveterada inclinación a dar los menos palos posibles al agua.
Por eso yo sería feliz si me encargaran uno de esos informes maravillosos e inútiles, porque "informando" sobre el cultivo de la chufa, sobre el murciélago nana o sobre la almeja brillante, no tendría que escribir solumnas sobre Rajoy y sobre las niñas malas que le han salido.
La Generalitat tiene una vena poética que la Fiscalía, que anda investigando lo de los informes, no comprende, pero yo sí, y eso que ni me han encargado, ni me encargarán jamás, ninguno. Más de medio millón de pesetas pagó la Generalitat por una disgresión sobre la Idea de Ciudadanía, y dos millones por la redacción de "10 argumentos para el fomento de juguetes no sexistas", cantidades y temas que ya hubiera querido para mí, pero si me duele haber quedado fuera de ese reparto de regalías es, sobre todo, por no haber pillado el informe sobre "Creación de un olor".
¡Oh, Dios, lo que habría disfrutado rivalizando con Dios precisamente en la Creación, bien que en el modesto apartado de olores! Mi padre, que fue "nariz" de aceites esenciales, me habría ayudado a hacer esos deberes, y no sé de nada que pudiera hacerme más feliz que tener cerca a mi padre, que tanto me falta, que tanto me falta.
Rafael Torres.