Actualizado 29/11/2007 01:00

Rafael Torres.- Magdalena lo pasa mal

MADRID 29 Nov. (OTR/PRESS) -

Magdalena Álvarez, ministra de Fomento, lo está pasando muy mal, pero porque quiere. No así los ciudadanos catalanes, que también lo están pasando muy mal, y a consecuencia de la penosa gestión de Magdalena Álvarez por cierto, y que no quieren. La ministra, que llegó tarde a la sesión del Congreso que podía reprobarla, ha adoptado una actitud victimista que bordea el patetismo, quejándose públicamente de que se la reprocha todo, hasta el haber nacido. Lo está pasando mal, sin duda, y por efecto de las presiones y de las críticas que sufre no es la Magdalena que la gustaría ser, sino una criatura nerviosa, a la defensiva, que exhibe un comportamiento inmaduro, cuando no pueril. Sin embargo, Magdalena no puede suscitar toda la compasión que merecería su calvario por una sencilla razón: lo sufre porque quiere.

En efecto, si la ministra de Fomento (¿del caos?) hubiera dimitido, lo habría pasado mal un rato, unos días a lo sumo, pero a estas horas ya habría descubierto, pues se le presume inteligencia suficiente para ello, que existe vida fuera del Gobierno, y, desde luego, una vida mejor para todos, para ella también, si su trabajo se orientara a otros ámbitos distintos al de las obras públicas y las infraestructuras ferroviarias. Bien es cierto, de otra parte, que el presidente del Gobierno podía haberla cesado, pero al no hacerlo, probablemente porque en lo poco que queda hasta las elecciones un recién llegado al ministerio no lo haría mejor, quedó de su mano poner término a éste innecesario sufrimiento general. Al suyo propio, y simbólicamente, al de las innumerables víctimas de su gestión.

Rafael Torres.

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